Un manifestante muerto, saqueos e incendios se produjeron la madrugada de ayer en una nueva jornada de violencia en Chile, en el marco de una crisis social que no cesa y que ahora involucra al mundo del fútbol.
Estos nuevos disturbios se produjeron en el marco de protestas por la muerte de un hincha del club de fútbol Colo Colo, que la noche del martes falleció tras ser atropellado por un camión policial en un escenario de incidentes afuera del estadio Monumental, donde se había jugado un partido del torneo nacional.
La Policía informó que la última víctima es un joven de 22 años que protestaba en una barricada en la comuna capitalina de San Ramón cuando “fue atropellado por un autobús del Transantiago (transporte público) que instantes antes había sido robado por encapuchados”, en medio de violentos disturbios que recordaron las primeras semanas del estallido social que comenzó en Chile el 18 de octubre.
El joven murió en un hospital cercano, mientras que el encapuchado que lo atropelló fue golpeado “por otros manifestantes, provocándole lesiones de carácter grave”. El micro robado fue incendiado.
Otro manifestante recibió un disparo en la cabeza que lo dejó en coma, durante incidentes en la comuna de Padre Hurtado (al sur de Santiago).
Los peores disturbios nocturnos se concentraron en el norte de la capital chilena. En la comuna de Quilicura, mayoritariamente de clase obrera en las afueras de Santiago, se produjeron saqueos en al menos tres supermercados, mientras que en la vecina Lampa, manifestantes quemaron oficinas públicas. En otras zonas de la capital se incendiaron más micros y se suspendieron varios recorridos del transporte público.
Los disturbios subieron la temperatura de las protestas ya que en las últimas semanas los saqueos y ataques a comercios habían disminuido. Los desórdenes se habían concentrado cada viernes en Plaza Italia -epicentro de las protestas en Santiago y que los manifestantes rebautizaron como Plaza de la Dignidad- donde se mantienen los choques con la policía.
La crisis social, que lleva casi cuatro meses, se ha cobrado la vida de una treintena de personas, mientras que más de 3.000 han resultado heridas, de ellos unos 400 sufrieron graves lesiones oculares producto de perdigones y balines disparados en enfrentamientos con Carabineros.