Una compañía de Tijuana vende al público, aviones no tripulados capaces de filmar y tomar fotografías en un radio de hasta dos kilómetros.
La compañía 3D Robotics, dirigida por el estadounidense Chris Anderson y el mexicano Jordi Muñoz tiene una gran variedad de aviones no tripulados que pueden grabar vídeos o tomar fotografías. El más caro, de 1.300 dólares, tiene seis motores y puede cargar hasta un kilo y medio.
“Hemos hecho un producto fácil de entender. Está diseñado de manera intuitiva. Lo pueden utilizar artistas, arquitectos, científicos”, explica José Guillermo Romero Méndez, gerente general de 3D Robotics. “Nuestros primeros clientes eran aficionados y expertos en robótica, pero ahora tenemos muchos más. Queremos democratizar este producto”, comenta.
Todo comenzó cuando Muñoz, colgó un vídeo en el que manejaba un helicóptero de juguete con el mando de una Nintendo Wii, reprogramado por él mismo. Anderson administrador de DIY Drones se interesó en el proyecto y fundó la compañía en paralelo a su trabajo en Wired.
La compañía se fundó en el departamento de Muñoz y desde el 2012, Anderson se dedica de lleno a los drones de tiempo completo. Hoy en día la empresa emplea a más de 70 personas.
“Nos olvidaremos de que los drones iniciaron en la industria armamentística y comprar uno será tan normal como ir a Wal-Mart”, aventura Anderson.
Por su parte Romero dice, “Hablamos de una tecnología de millones de dólares hasta hace muy poco tiempo”. La compañía vende unos 200 drones y hasta 2.000 pilotos automáticos al mes. “Nos han hecho pedidos hasta de la isla más pequeña de Oceanía”, agrega.
El Gobierno de Estados Unidos no permite el vuelo de drones en zonas muy pobladas ni cerca los aeropuertos. En 2012, varios pilotos denunciaron que habían visto este tipo de aviones, de uso privado, en espacio aéreo. La ley está prevista que se cambie en 2015.
En 3D Robotics dicen que: “La tecnología está ahí. Nuestros drones no están construidos para hacer daño, aunque eso no impide que se utilice para algo malo. Pero eso no es solo con un drone: también puedes hacer destrozos con un coche”. “Además, como mexicano, creo que es importante que hablemos de que esta tecnología se hace aquí. No está en Japón ni en Alemania: está en México. Y puedes hacer lo que quieras con este tipo de vehículos, no podemos cerrarnos a que solo ocasionarán problemas”, agrega Romero.