Se trata de las únicas personas físicas juzgadas, acusadas de negligencia por la muerte de 44 personas en un hospital a pocos kilómetros de la central.
Un tribunal japonés absolvió a tres ex altos ejecutivos de la firma Tokyo Electric Power (Tepco) de toda posible responsabilidad criminal por la consecuencias del gravísimo accidente nuclear registrado en Fukushima en 2011 tras tsunami.
Los tres responsables, el antiguo presidente del consejo de administración de Tepco, Tsunehisa Karsumata, de 79 años, y los ex vicepresidentes Ichiro Takekuro, de 73, y Sakae Muto, de 69, estaban acusado de negligencia criminal y podían haber enfrentado hasta 5 años de cárcel.
Al trío se le achacó la responsabilidad indirecta de la muerte de más de 40 pacientes de un hospital que fueron evacuados de la instalación sanitaria y fallecieron poco después.
La tragedia de Fukushima se produjo después de que la planta nuclear fuera sacudida por olas de más de 10 metros de altura tras un terremoto de magnitud 9.0, lo que provocó una interrupción del sistema de refrigeración de toda la instalación y la fusión de tres de sus reactores, dando lugar a la catástrofe atómica más grave desde la de Chernóbil de 1986.
La defensa de los inculpados se basó en asumir que la firma responsable de Fukushima nunca podrían haber imaginado la amplitud de aquella concatenación de desastres naturales, aunque un informe de sus subordinados advertía sobre el riesgo de un tsunami.
La organización ecologista Greenpeace difundió de inmediato un comunicado en el que opinaba que “el sistema jurídico de Japón ha vuelto a fracasar para defender los derechos de decenas de miles de ciudadanos afectados” por lo acaecido en Fukushima.
El trágico legado de aquellos sucesos continúan tan presente en la memoria de la sociedad local como sus consecuencias y efectos perniciosos. Las autoridades han reconocido, por ejemplo, que para el año 2022 los 960 tanques que acumulan 1,15 millones de toneladas del agua contaminada que sigue generando las instalaciones dañada alcanzarán su capacidad máxima y entonces tendrán que decidir si las vierten al océano, algo que cuestionan las organizaciones defensoras del medio ambiente. La planta genera 170 toneladas de agua viciada por día.
Pese a lo ocurrido, las autoridades japonesas mantienen su proyecto de que la energía nuclear suministre cerca del 22% del consumo eléctrico nacional para el año 2031, un plan que enfrenta enormes dificultades ante la oposición de muchas de las comunidades donde se encuentran instaladas las plantas atómicas.
El año pasado los únicos 9 reactores que están en funcionamiento sólo aportaron un 10% de la electricidad requerida a nivel nacional.
La resolución supone un pequeño respiro para la imagen de Tepco, cuya supervivencia comenzó a cuestionarse precisamente tras el desastre de 2011.
La firma se ha visto envuelta en una enésima polémica en las últimas jornadas al no ser capaz de restaurar con la suficiente rapidez el suministro de electricidad de la región de Chiba, afectada por un tifón, una incidencia similar a la que se observó en Osaka el año pasado.
Los expertos alertan que el emporio redujo las inversiones en infraestructuras tras 2011 pese a que las torres del tendido eléctrico japonés requiere una urgente renovación ya que en su mayor parte fueron instalados durante la década de los 70.