De mi consideración:
Más del 80% de las personas que recurren a la psicoterapia cognitivo-conductual para el trastorno de pánico obtienen una mejoría significativa de los síntomas y presentan mejoras notables en su calidad de vida. Hoy en día las normativas internacionales indican que tanto la farmacoterapia como la psicoterapia cognitivo conductual son las dos herramientas básicas más eficaces para el control de sus síntomas.
A fines de la década del ’90 se realizó el primer estudio sobre la eficacia de una modalidad breve e intensiva del tratamiento cognitivo conductual y más tarde se investigó en detalle cuáles eran los componentes del tratamiento que se asociaban con una mejor respuesta. En relación con ello, se llegó a la conclusión de que el entrenamiento en respiración abdominal era un componente prescindible del tratamiento, cuestión que abreviaba los tiempos del mismo. Finalmente, este año se realizó un importante estudio de revisión sobre la eficacia del tratamiento intensivo para el pánico en el que se llegó a una conclusión novedosa en este tema. El tratamiento de al menos 5 sesiones, más 3 sesiones de seguimiento, tiene la misma eficacia que los tratamientos más prolongados. Esto se traduce en claros beneficios para el paciente como un menor tiempo de recuperación y costos totales inferiores que los tratamientos de largo plazo que involucran numerosas sesiones.
Tal como indicala Asociación Americanade Trastornos de Ansiedad, la terapia cognitivo-conductual se focaliza en identificar, comprender y modificar los pensamientos, creencias y comportamientos que mantienen el trastorno. En este tipo de tratamiento el paciente tiene un rol activo en su recuperación, a través del aprendizaje de diversas habilidades.
Las técnicas específicas de terapia cognitivo-conductual para el trastorno de pánico abarcan “aspectos psicoeducativos, la modificación de los temores del paciente (reestructuración cognitiva), y la exposición a las sensaciones corporales y a las situaciones que provocan las crisis.”
Los estudios recién mencionados indican que la psicoterapia cognitivo-conductual reduce significativamente los síntomas de pánico, los pensamientos y creencias vinculadas a la ansiedad (por ejemplo: “me voy a morir”, “voy a perder el control”, “esto traerá consecuencias graves a mi salud”) y las conductas de evitación (no viajar en subte, no ir la cine, abandonar el gimnasio), manteniendo estos logros a largo plazo en personas que tenían solamente trastorno de pánico como en quienes también presentaban otros trastornos mentales simultáneamente (por ejemplo depresión).
Lic. Pablo López
Coordinador del Programa de Tratamiento del Pánico, de la Clínica de Ansiedad y Estrés de INECO