Durante el mes de mayo un grupo de investigadores partirá hacia la “Isla de la Basura”, un basurero flotante que acumula todo tipo de desperdicios plásticos y se encuentra en el Océano Pacífico.
La expedición llamada “7º continente” estará a cargo del explorador francés Patrick Deixonne. Estos desperdicios confluyen en el punto de encuentro de corrientes marinas, se enroscan debido a la rotación de la Tierra y forman una inmensa masa giratoria. Procedentes de las costas y los ríos, toneladas de basura flotan en las cinco principales masas de desperdicios formadas en todos los océanos, cuya fuerza centrípeta las aspira hacia el centro, en el Pacífico.
La “isla de basura” está compuesta por microdesperdicios de plástico descompuesto y suspendidas bajo la superficie del agua, a veces hasta 30 metros de profundidad. Es muy difícil detectarla desde los satélites y solamente es visible desde los barcos.
El Centro Nacional de Estudios Espaciales francesa (CNES), que apadrina la misión “7° continente”, esta masa del Pacífico norte, entre California y Hawaii, es una de las más importantes del planeta, con una superficie de 3,4 millones de km2. Pero lamentablemente, “se halla en aguas poco transitadas por la navegación mercantil y turística, por lo que el problema solamente interesa a los ecologistas y a los científicos”.
El oceanógrafo estadounidense Charles Moore, descubrió en 1997, esta masa de desperdicios plásticos. Pero desde ese momento se han hecho pocos estudios sobre su impacto en la contaminación del océano y su fauna. Patrick Deixonne, miembro de la Sociedad de exploradores franceses, quiere que todos conozcan esta “catástrofe ecológica”, y por eso preparó esta expedición para traer observaciones científicas e imágenes. La misma partirá el próximo 20 de mayo desde Oceanside, sur de California, y en todo el recorrido se tomarán “medidas para comparar la concentración y la naturaleza de los desperdicios”, explica. El Yacht Club de Oceanside puso a su disposición un poderoso barco con motor y tres tripulantes
Ayudado vía satélite, espera llegar en seis o siete días a la zona de mayor concentración de basura, a unas 1.000 millas náuticas de las costas (1.900 km). Un captor realizado por alumnos de ingeniería de Toulouse, sur de Francia, en cooperación con el CNES, será igualmente probado en una boya a la deriva, que puede distinguir en el agua a los plásticos del plancton y de otras partículas vivas, y luego cartografiar las áreas contaminadas gracias a imágenes satelitales.