Una investigación, publicada esta semana ha develado nuevas regiones del ADN que se relacionan directamente con el riesgo de padecer una enfermedad coronaria, especialmente el infarto, que es la principal causa de muerte en el mundo.
La enfermedad coronaria por excelencia es el infarto. Por eso los investigadores están trabajando para descubrir como se genera y como prevenirlo. Una nueva investigación ha identificado 15 nuevos lugares cromosómicos asociados con este trastorno, elevando a 46 el número total de regiones genéticas localizadas hasta el momento.
Para descubrirlo, los autores realizaron un rastreo del ADN de 63.746 personas que habían sufrido un infarto y lo compararon con el de otros 130.681 que tenían el corazón sano.
También se identificaron 104 pequeñas variaciones genéticas que estarían relacionadas con los problemas coronarios, aunque en menor medida.
Con esos resultados, los expertos aprovecharon para analizar los patrones biológicos los 46 lugares cromosómicos conocidos, donde descubrieron que el metabolismo de los lípidos era uno de los mecanismos más frecuentes a la hora de determinar la susceptibilidad genética al infarto, seguido de cerca por procesos inflamatorios.
Según los científicos las variantes identificadas suponen poco más del 10% de la carga genética relacionada con la enfermedad, por lo que continuaran analizando y estudiando esta patología.