Así lo aseguraron desde el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres). En total se montarán 20 sismógrafos en un radio de unos 150 kilómetros. Los dos equipos instalados hace poco más de un mes ya detectaron cinco movimientos.
Una serie de movimientos sísmicos ocurridos desde fines del año pasado desataron pánico entre los vecinos del pequeño pueblo de Sauzal Bonito en donde el primer reflejo fue mirar hacia a la actividad petrolera.
Sin embargo, una serie de acuerdos entre el gobierno nacional, provincial y el Conicet harán que Vaca Muerta sea la región con la mayor cobertura sismológica del país, para poder medir al detalle todos los movimientos que se susciten bajo tierra.
Así lo aseguró el director del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), Alejandro Giuliano, quien detalló que serán 20 las estaciones de medición que se montarán en un radio de entre 150 y 200 kilómetros en torno a Vaca Muerta.
El titular del organismo explicó en diálogo con “Energía On” que la cobertura “será más densa que la que tiene por ejemplo Mendoza o parte de San Juan por esta condición de tener 20 equipos en un radio tan chico”. Y señaló que con esa cantidad de sismógrafos el margen de error al determinar un epicentro será de +/- 5 kilómetros.
Desde el Inpres están elaborando el proyecto para la instalación de estas nuevas unidades que estiman estará listo antes de fin de año, momento en el que se procederá a la compra de los sismógrafos. El montaje posterior no demandará mucho tiempo dado que cada estación de control se puede instalar en apenas dos días.
Zona sísmica
“Neuquén tiene sismos desde antes de Vaca Muerta y desde antes de la industria petrolera porque es una zona sísmica y hay sismos propios de esa región que son independientes de la industria petrolera”, aseguró Giuliano antes de comentar los resultados alcanzados con los primeros dos sismógrafos montados.
Es que luego de los reclamos de los vecinos del pequeño paraje, el pasado 27 de junio se colocaron dos sismógrafos en Neuquén: uno en el mismo pueblo de Sauzal Bonito y el otro en Añelo, la ciudad que oficia de cabecera de Vaca Muerta.
“Desde el 28 de junio a la fecha hemos registrado cinco sismos, con magnitudes de 2,1 a 2,8 (grados en la escala de Mercalli) que es lo esperable para esa zona de Neuquén”, indicó Giuliano y explicó que hasta tanto se instale un tercer equipo, la carga de la información al sitio del Inpres no será automática.
Es por esto que desde el organismo dependen del aviso de vecinos o instituciones para revisar en forma manual lo registrado por los dos sismógrafos en actividad. “Todo se registra, el tema es ir a buscarlo porque no se carga automáticamente”, indicó.
Giuliano detalló que “en la provincia de Neuquén hay dos zonas sísmicas. Una es el oeste, la zona digamos cordillerana, que nosotros clasificamos como zona 2 en una escala que va del 0 al 4. La otra zona sísmica en Neuquén es el este, que es la zona de la ciudad de Neuquén y el área petrolera y que es zona 1, de reducida actividad sísmica”.
El director del organismo nacional remarcó que “hay una creencia errónea de que Neuquén no es una zona sísmica y sí lo es” y cuestionó que a partir de esa creencia las construcciones, en especial las viviendas, no se realicen siguiendo las normativas nacionales. (Ver aparte)
“Hay mucha psicosis que se genera por el desconocimiento que hace que la gente esté tan alarmada que sientan sismos que son muy leves cuando en otras partes, en zonas que son de mayor sismisidad, suceden sismos más fuertes sin que la gente los perciba”, indicó Giuliano.
Ese pánico fue el que se desató a fines del año pasado tras una serie de sismos, muchos de los cuales no pudieron ser registrados por el Inpres dado que el sismógrafo que había en la zona dejó de operar en 2017. Según las mediciones tomadas desde Chile en tan sólo un día se habrían registrado 20 sismos y el más fuerte alcanzó los 4,8 grados.
Desde Sauzal Bonito se acusó a la actividad de fractura en Vaca Muerta de los sucesos y se reclamaron respuestas que derivaron en el acuerdo entre el Inpres –dependiente del ministerio del Interior– la provincia de Neuquén, el Conicet y las operadoras agrupadas en el Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG).
Giuliano aclaró que “hay casos donde aparentemente se han registrado sismos y casos donde no es así y esto es lo que vamos a poder dilucidar con los equipos”. Y agregó que “en Sauzal Bonito siempre deben haber habido sismos porque la sismisidad está siempre asociada a fallas geológicas y allí está la falla de la dorsal Huincul”.
Descartan que la actividad sísmica haya afectado a las viviendas
Rajaduras del piso al techo, en los marcos de las ventanas e incluso en los dinteles de las puertas. Los vecinos de Sauzal Bonito han señalo en cientos de fotos el estado de sus viviendas pero para el director del Inpres, Alejandro Giuliano, las mismas no se deben a la actividad sísmica.
“De ninguna manera esas grietas son por los sismos, son grietas causadas por el asentamiento del suelo debajo de las viviendas, tal vez por una mala construcción de bases o de compresión del suelo antes de construir”, remarcó Giuliano.
El especialista explicó que para que una vivienda construida en óptimas condiciones presente ese tipo de daño, la actividad sísmica debería haber alcanzado los 6 grados en la escala de Mercalli o cuando menos los 5 grados.
“Depende de la cercanía, de la superficialidad y también del suelo porque si es malo puede afectar a una vivienda un sismo de 5,5 o 5 grados”, indicó.
Buena parte de las advertencias de la actividad sísmica fueron emitidas por una ONG denominada Sismología Chile. Giuliano aseguró que “no tenemos ningún contacto con ellos. Alguna formación tienen porque utilizan la red chilena, pero en general aseveran cosas, como epicentros, que no son ciertas”.
Advierten que no se respetan las normas de construcción antisísmica
El director del Instituto Nacional de Previsión Sísmica (Inpres), Alejandro Giuliano, es uno de los profesionales que ha visitado en varias ocasiones Neuquén para dictar cursos sobre las normas vigentes para la construcción de viviendas y edificios en zonas sísmicas.
Sin embargo, Giuliano advirtió que “en Neuquén la gente no toma conciencia de que viven en una zona sísmica y no respetan el reglamento nacional de construcción”.
El especialista explicó que “tengo entendido que ahora el gobierno provincial comenzó a seguir el reglamento, pero no la ciudad de Neuquén”. La capital provincial concentra cerca del 50% de la población de toda la provincia, con cerca de 300.000 habitantes y un ritmo fuerte de construcciones que el año pasado alcanzó los 301.000 metros cuadrados en permisos tramitados.
“Hay prescripciones según los materiales usados y plantas, es cuestión de aplicarlo”, remarcó Giuliano.