Claudio es uno de los vecinos que integra el movimiento Lugano Solidario que por estos días se está reuniendo cotidianamente para que se escuche el reclamo por las constantes usurpaciones en esa zona: “Estamos sufriendo la usurpación de tierras como una constante”, aseguró y también habló sobre el apoyo del diputado Gustavo Vera a estas tomas.
La problemática de la toma de tierras, no es una particularidad de Mar del Plata, pero es algo que ha crecido de manera preocupante. En Lugano, los vecinos están luchando contra la ocupación con las herramientas que tienen, reunirse y hacer público el reclamo.
No han tenido mucho apoyo de los medios y mucho menos, de la política donde los responsables de controlar que no se tomen tierras para armar asentamientos hacen la vista gorda. En la 99.9, se refirió al tema Claudio, integrante del movimiento de vecinos Lugano Solidario: “nos juntamos todos los días a las 7 de la tarde para que se oiga nuestra voz. Los medios en este asunto no nos prestan atención. Estamos sufriendo la usurpación de tierras como una constante”, planteó.
La situación es tan desesperante que se han generado asentamientos por todos lados: “se toman pequeños terrenos, hoy para entrar a Lugano no podés pasar por ningún lado que no esté a 100 metros de un asentamiento. No estamos en contra de la gente humilde que no tiene donde vivir, pero decimos que se debe terminar con el negociado que hace la mafia, la delincuencia y los punteros dentro de las villas”.
Desde la política, en vez de apoyar un reclamo justo de los vecinos, se han dedicado algunos actores en particular a apoyar la usurpación: “estamos muy tristes porque hay diputados de la oposición como Gustavo Vera que respaldan una toma donde sabemos que no es para que la gente pueda tener su terrenito y hacer su casa. Van a terminar haciendo 4 pisos para alquilar, hay muchos casos comprobados que están en la justicia”, señaló y también agregó que “dentro de las villas hay personas que les paguen 100 pesos por día para que trabajen y le descuentan el almuerzo. Trabajan en talleres clandestinos, puestos callejeros y demás, hay un sistema delictivo oculta detrás de la necesidad de los pobres que ellos mismos generan”.
La policía, también cumple mal con sus labores porque ante cada marcha aparecen de manera intimidatoria: “empezamos cerca de 1.000 vecinos que íbamos marchando para hacernos ver, no cortamos calles ni nada. Desde el principio, lo único que recibimos fue un operativo impresionante de la Policía Federal y Gendarmería que nos amedrentaron para que no marcháramos”, remarcó Claudio.
Por último, reclamó que los diputados cumplan con la labor para la que fueron elegidos y no utilicen estos temas para hacer política: “no es una novedad que dentro de la villa hay prostitución, explotación y demás; pero nadie va a hacer operativos ahí. Los Diputados fueron elegidos para frenar eso, no para apoyarlo como Vera. Me siento mal porque ventiló una carta personal que le enviamos para hacer un acto político”.
SE SUMAN SOSPECHAS SOBRE LOS PUNTEROS
La hipótesis que sostiene que la toma del ex cementerio de autos fue organizada por punteros de la zona que buscan vender las tierras suma pruebas en la Justicia. Trascendió que hay escuchas que comprometen a por lo menos diez personas, y que algunas de ellas aparecen en la investigación que iniciaron los fiscales porteños.
La ocupación habría tenido como origen la pelea entre dos punteros de la Villa 20 que se disputan el control de las tierras.
Uno de ellos, que manejó el asentamiento pero había perdido poder, habría alentado la toma para recuperar parte de su espacio. También trascendió que habría intereses del partidos de izquierda y gente vinculada al kirchnerismo.
Cuando la usurpación llevaba una semana, la Policía Metropolitana, por orden del equipo de fiscales porteños, realizó allanamientos en viviendas y locales de la Villa 20. Se secuestró documentación que avala la hipótesis que sostiene que detrás de la toma hay una organización que utiliza a las familias para luego comercializar los lotes.
También se supo que los terrenos se habían comenzado a comercializar por valores que oscilan entre los $ 8.000 y $ 20.000. Según fuentes de la Justicia porteña, en esa investigación se apuntaba a Marcelo Chancalay, Manuel Ríos y la familia Giménez. Incluso los mismos delegados de la toma habían reconocido una disputa de poder entre los grupos liderados por Víctor Núñez, actual presidente de la Villa 20, y el ex, Chancalay. Y hasta la jueza María Liberatori, que tiene la causa por la urbanización del predio, había dicho que sospechaba que la toma fue armada para evitar que la Ciudad saneara el terreno.