La responsable de Desarrollo Social en General Pueyrredón, habló sobre una toma que se está llevando adelante en tierras privadas y donde interviene la justicia.
Mar del Plata está atravesando otro conflicto por tomas de tierras que no ha tenido demasiada repercusión. Se trata de una usurpación donde está interviniendo la justicia y, a pedido de la misma, Desarrollo Social.
La responsable del área en la Municipalidad de General Pueyrredón, Vilma Baragiola, contó algunos detalles en la 99.9: “estamos actuando como herramienta de la fiscalía del Dr. Favaro como lo hacemos cuando hay usurpaciones. Es una tierra en Santa Cruz y Berutti donde hay vecinos que la mayoría viven ahí alquilando o en casa de familiares, son en su mayoría mujeres con muchos hijos. Algunos tienen programa social, otros hacen changas, pero estamos a la espera para saber la decisión de fiscalía. Es un tema entre privados porque dicen que las tierras se las vendieron antes de la pandemia a través de una cooperativa pero no hay un papel”.
Lo primero que hicieron fue tratar de saber cuantas personas estaban allí y de donde venían para entregárselo a la justicia: “El domingo a la noche nos enteramos informalmente y el lunes al mediodía requieren la presencia de Desarrollo Social en el lugar. Estamos dentro de los tiempos que suelen tomar estos temas. Una cosa es cuando hay se ocupan tierras del estado donde hay una intervención plena y otra cosa es cuando hay privados, ahí sólo actuamos a requerimiento de fiscalía”, aclaró.
Mientras siguen trabajando a la espera de la decisión de la justicia, Baragiola también habló de la situación social en Mar del Plata: “es grave, hay gente con necesidad alimentaria y vamos buscando en la gestión de alguna bajada de recursos y como podemos trabajar con otras gestiones. La provincia de Buenos Aires está inmovilizada, no hemos tenido mucha relación con Desarrollo Humano durante la gestión anterior y hoy deberíamos tener algún tipo de posibilidad. Están todos viendo las propuestas de Capital Humano a nivel nacional para golpear puertas en otros organismos como ONG y fundaciones internacionales”.
La realidad los lleva a tener que trabajar fuera de la ciudad porque no se puede interactuar con tanta naturalidad como antes: “Estamos golpeando puertas y gestionando en Buenos Aires. Es tedioso porque antes podíamos trabajar desde Mar del Plata pero hoy tenemos que instalarnos en Buenos Aires todas las semanas”.
Lo cierto es que la asistencia en los barrios ha bajado notablemente y es un tema que les preocupa: “hemos realizado en enero un censo de comedores en Mar del Plata para tener un número concreto. Estamos arriba de 90 comedores, pero que funcionen hoy porque no existe la misma asistencia, no llega a 50 comedores. Ha bajado muchísimo. Hay comedores que funcionan con el acompañamiento de privados y fundaciones dando una mano”.