Científicos del CNIO han conseguido el nacimiento de unos superratones a los que el paso del tiempo no les hace mella.
Los telómeros esconden el secreto de nuestra longevidad. Cuanto mayor sea la longitud de estas pequeñas estructuras que albergan los cromosomas, más larga será nuestra vida y mejor estado de salud tendremos, por eso acapara la atención de muchas de las investigaciones dedicadas al envejecimiento.
El último paso en esta búsqueda de terapias antiedad lo ha dado el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). El equipo que dirige María Blasco ha conseguido el nacimiento de unos superratones a los que el paso del tiempo no les hace mella. Su ventaja es que el cien por cien de sus células cuentan con telómeros hiperlargos, según publican en la revista «Nature Communications».
Esa ventaja biológica consigue que estos animales sean más longevos y tengan menos cáncer. También muestran un menor envejecimiento metabólico, ese que a medida que cumplimos años nos lleva a acumular kilos de más, elevar el nivel de colesterol y a sufrir diabetes. Es la primera vez que se muestra una relación clara entre la longitud de los telómeros y el metabolismo. Y para redondear sus «superpoderes», otro de los talones de Aquiles del envejecimiento, las mitocondrias de estos animales, funcionan a pleno rendimiento.
Ahora el siguiente objetivo es averiguar si este nuevo modelo de ratón, con telómeros más largos, pueden tener una prole que herede estas capacidades.
Una década más
Viven de media un 13 por ciento más y acumulan menos grasa y peso con el envejecimiento. Si trasladáramos esos datos a humanos, este porcentaje significaría aumentar la esperanza de vida más o menos en una década. Pasar de los 122 años que vivió la francesa Jeanne Calment -la persona más longeva del mundo- a 133 años. «Sin embargo, no sabemos si el efecto sería mayor o menor que en ratones», apunta María Blasco, autora intelectual de este trabajo, a ABC.
Una persona que cuidara con esmero sus estilos de vida -no fumara, siguiera una dieta saludable, controlara su estrés e hiciera ejercicio- podría mantener a raya su obesidad y perfil metabólico, pero no viviría tanto. «De los 85 años de esperanza de vida que tenemos al nacer hasta los 122 años hay mucho margen de mejora. Pero no pensamos que esos buenos hábitos serían suficientes para alcanzar la vida máxima de nuestra especie».
Cómo prolongarlos
Los resultados descritos muestran solo consecuencias positivas y para lograrlo no ha sido necesaria ninguna manipulación genética. Esto es lo que resulta más llamativo para los investigadores porque abre una vía para prolongar los años de vida y la salud sin cambiar los genes del organismo.
La directora del CNIO no ve lejano el día en que se pueda ofrecer una terapia para prolongar los telómeros. «Ya hemos probado estrategias en modelos animales que sufren enfermedades humanas que se caracterizan por tener telómeros cortos, como la fibrosis pulmonar».
Ventaja femenina
La mayor longitud de los telómeros es una ventaja biológica femenina y la explicación a que siempre tengan una mayor esperanza de vida al nacer.
Ellas poseen telómeros más largos que los varones en todos los grupos de edad. El tamaño de estas estructuras también predice un mayor riesgo para padecer problemas del cardiovasculares y cognitivos.