Gabriela Tineo es una vecina de la ciudad que vive pared de por medio con el Teatro Diagonal. Hace ya cinco años viene sufriendo por ruidos molestos, ya que la sala no está debidamente acustizada. Esta mañana en la 99.9 contó que hizo presentaciones ante muchos funcionarios y nunca recibió respuesta.
La inacción municipal se manifiesta de forma innegable día tras día. No son pocos los vecinos que se casan de reclamar sin obtener respuestas. Así le sucede a Gabriela Tineo, quien habló esta mañana en la 99.9 y describió lo que ella misma define como “cinco años de infierno”. En principio, explicó: “vivo en un edificio pequeño que está pegado al Teatro Municipal Diagonal. Padezco desde el año 2008 problemas de ruidos molestos y comencé a hacer gestiones, a principio de manera personal, con las autoridades de la Cooperativa de la Biblioteca Juventud Moderna, sin resultados. Esperé hasta 2010, porque habían anunciado obras para atenuar los ruidos ya que las paredes no están preparadas acústicamente”.
Hasta entonces, nada sucedió. Entonces, decidió dar un paso más: “a partir de allí, hice una presentación por asesoramiento por ruidos molestos; después, una denuncia. Envié una carta documento a la Biblioteca sin obtener ningún tipo de respuesta. Pasan los veranos, la temporada, y siguen alquilándose las salas a los empresarios teatrales de Buenos Aires. Estuvieron Ricardo Fort, revistas de Buenos Aires, más los espectáculos marplatenses que se presentan”.
El problema existe y es conocido por muchos, pero nunca ha habido voluntad para resolverlo. “Durante dos temporadas tuve que ir a dormir todas las noches, a lo largo de dos temporadas, a departamentos que me alquilaban los empresarios teatrales de Buenos Aires que reconocían el problema. A partir de que el teatro pasó a la gestión municipal, pensé que el tema cambiaría, pero no ha sido así. He enviado cartas a todos los funcionarios políticos y no recibí respuesta alguna. En enero de 2014 me hice presente en la Defensoría del Pueblo y hasta hoy no me han contestado. No se hacen obras estructurales y me tengo que ir de mi casa cada vez que hay espectáculos musicales porque no se resiste vivir con ese ruido”, contó Gabriela.
Mientras tanto, continúan los ensayos de diversos espectáculos y, también, las prácticas de quienes no pueden asistir al Teatro Colón, cuya agenda está saturada.
Cansada de esperar, Gabriela reclama una respuesta inmediata: “no pido el cierre de la sala, es necesario que haya espacios de esta índole, pero el problema es cuando no reúnen las condiciones necesarias para no afectar a los vecinos. Hace cinco años que estoy en esta situación y ya no se qué recurso puedo tomar para llegar a una solución”.