Era claro que, cuando sucediera, el fallecimiento de Diego Armando Maradona supondría un evento de enorme impacto. Ídolo de millones en los cinco continentes, se le perdonó una y otra vez lo que a otros les significaría el fin de su carrera, y su calvario público.
De pandemia y avivadas I. El virus existe, y la pandemia es un hecho. De allí en más, hay avivados por todos lados. El ex juez subrogante Rodolfo Pradas, hoy se desempeña como titular de la secretaría 2 del juzgado federal. No concurre a trabajar desde el inicio de la cuarenterna.
1) Rosa María Dettori (bravissima donna) | 2) Marcelo Cardoso (alto desafío) | 3) Gerardo Passera (notable aporte) | 4) Mirta Aranguren (MDP en el top) | 5) Eva Fernández (¿Yo, señor? ¡No, señor!) | 6) Amado Boudou (estaba avisado) | 7) Marianela Romero (lectura lenta) | 8) Félix Ferrán (qué momento) | 9) Rodolfo Pradas (ausente con aviso) | 10) Nicolás Lauria (anuló el tanto)
En los últimos días, grupos organizados han tornado al corte de rutas y calles en General Pueyrredón. Van a su aire, legitimados por el discurso de que sus reclamos se basan en precarias situaciones sociales. Una y otra vez, advertimos que, en su mayoría, son grupos que llevan décadas clamando por lo que dan en llamar trabajo “legitimo”.
Covid-19 | La desprotección de los adultos mayores con respecto al virus no tiene prensa. Ellos tienen enfermedades previas, ganan menos dinero, y están solos. Las políticas de Estado deberían centrarse en protegerlos, pero mueren ocultos por el silencio.
La muerte —nada sorprendente— de Diego Maradona puso en foco el brutal retroceso cultural que las políticas educativas y económicas en este país le han provocado a un sector de la población que está convencido de que todo es responsabilidad del Estado, y que el esfuerzo y el mérito, no son necesarios.
