El esquema de reuniones a través de Zoom estalló al ritmo de la pandemia. La política advirtió rápidamente que el instrumento permite cercanía y participación en un marco de control que es siempre del gusto del poder. Lo ha demostrado la vice presidenta, mandoneando en las sesiones virtuales del senado. De estos eventos virtuales hay cientos cada día, aunque no todos despiertan el mismo interés.
De acuerdos y mandatos. Hay reuniones todo el tiempo buscando que la economía de Mar del Plata pueda despegar con la habilitación de más actividades. Mucha preocupación por el verano 2021. El intendente Monteoscuro ha dejado en manos de su traviesa mano izquierda las reuniones con los sectores que claman por un protocolo que los habilite a trabajar.
1) Solange Musse (interpelando al poder) | 2) Claudio Cova (un sinsentido) | 3) Fabio Pandiani (un tipo para respetar) | 4) Lucía Herrera (soldado de primera) | 5) Fernado Herrera (“El Pipi” se distrae) | 6) Matias Lammens (¿y si cubre los cheques impagos?) | 7) Roberto Fidel (poniendo orden) | 8) Mario Della Maggiora (sin mascaras) | 9) Roberto Páez (impulsando explicaciones) | 10) Mariano Napp (tremendo lio)
Antes de desarrollar este texto, una breve aclaración: no tengo temas personales con la actual administración. Tengo la misma actitud que me ha guiado siempre en mi actividad periodística. La ciudad no debiera tener “dueños”, ni transitorios, ni permanentes. Ganar una elección implica aceptar que hay un mandato implícito bien claro: el de servir al ciudadano.
Acuerdo de pago | El municipio acordó la cancelación de la deuda con la empresa constructora de los polideportivos locales. Pulti le había dejado el fardo a Arroyo, pero no los fondos para hacer frente a tales compromisos. Algún día había que resolverlo.
La conferencia tripartita de los jefes políticos de la nación, CABA, y la provincia de Buenos Aires se centró más en un debate al respecto de cómo decir las cosas y no en cómo hacer, concretamente, para dar respuesta a los millones de argentinos desesperados por la destrucción de la economía, que ya adquiere proporciones de catástrofe social, política, y financiera, en una situación insostenible que las palabras no van a resolver.
