Luego de la elección de medio término en que Vilma Baragiola se impuso, al día siguiente nomás se vieron en las calles de la ciudad afiches que anunciaban “Vilma viene”. Con una impecable producción fotográfica, buscaban consolidar su imagen con vistas a la elección de 2015.
Caso Aldrey | Bajaron otro cartel del shopping, y Pulti declara a favor del concesionario. El mismo intendente que le permitió quedarse con la escultura de Botero, lo defiende ahora de la justicia. Como si Aldrey fuera el dueño de un simple balneario.
La primavera árabe mutó en conflictos interminables que han arrojado a miles de desplazados y desposeídos hacia el continente europeo y cientos de miles de muertos en los océanos, las playas y los territorios de los países a los que buscan huir.
Imagen e hipocresía I. Ya casi como que dando por hecho que el vecino de San Isidro está en Mar del Plata instalado para competir, en el retiro de Chapadmalal la gobernadora Vidal recibió a Guillermo Montenegro en pie de igualdad con Maximiliano Abad y Vilma Baragiola más Lucas Fiorini, quien se auto registra como “de la línea interna de Vidal”, un mostrenco compuesto casi exclusivamente por peronistas de diverso pelaje que difícilmente representen cambio alguno
1) Florencio Aldrey Iglesias (valijero y lavador) | 2) Mariano Mohadeb (creando cobertura) | 3) Carlos Mezzamico (socializando el capital) | 4) Juan Aicega (¿quién lo carpeteó?) | 5) Andrea Sandra García Marcote (un uso cuestionado del poder) | 6) Mariano Moyano (endureciendo la ley para proteger al ciudadano) | 7) Marcelo Fernández (¿es posible tanta impunidad?) | 8) Gastón Villegas (de guapo por cuenta y orden de Ladrey) | 9) Sofía Badie (un logro excepcional) | 10) Pablo Simoni (bate récords)
En el único lugar del planeta en el que Florencio Aldrey Iglesias podría ocupar el lugar que ocupa es en nuestra triste aldea urbanamente extendida. Correveidile de Manuel Fraga Iribarne, el aldeano de Lugo siempre fue un mandadero: llevaba las valijas del retorno por los negociados de las ayudas europeas que se emplearon para dar forma al “Ideal Gallego”, un medio que teóricamente ilustraba los ideales de Galicia y que se imprimía en los talleres de La Capital. En los 90 era un dato de la realidad que cada mes Aldrey viajaba a España, más concretamente a Galicia, portando una valija que a nadie confiaba.
