Al anunciar la suspensión de la consulta, el intendente Gustavo Arnaldo Pulti buscó victimizarse, calificando la decisión del juez Simón Isachs como «injustificada e imprevista». Contrariamente, la decisión es justificada por estar ajustada a derecho
El triunfo por el triunfo mismo se ha convertido en una razón de ser para la vida de los argentinos. Lo importante es salirse con la suya, sin importar las armas que se usen, los derechos que se pisoteen o las normas éticas que se atropellen.
En estos días, distintas resoluciones judiciales colocan al Gobierno en serio entredicho en vistas de las elecciones de medio término de este año.
El intendente Gustavo Pulti realizará una consulta popular inconstitucional: dice que es sólo para saber si los marplatenses quieren tener o no una policía municipal. En realidad, será para lograr imponer un servicio nuevo, que pagarán los ciudadanos con un aumento de las tasas. Aun así, el dinero seguiría sin alcanzar. Una mentira mal organizada.
1) Marcelo Artime (Tapando agujeros) 2) Alfredo López (Amparando) 3) Matías Machinandiarena (Al borde de un ataque de nervios) 4) Cristian Azcona (Lo dejaron solo) 5) Beatriz Vázquez (Subiendo la cuesta) 6) Marcelo Lacedonia (Haciendo cuentas) 7) Maite Campos (Dando batalla a la indiferencia) 8) Daniel Núñez (Hay contradicciones) 9) Iván Villegas (Debutó con ruido) 10) María Delia Sebastiani (Chita la boca)
Lo he citado en esta columna: Gustavo Arnaldo Pulti encaja a la perfección en la figura del “bovarista”, aplicada a aquel que se ve a sí mismo por encima de quien probadamente es. En su perorar del 25 de Mayo, el intendente se definió “invencible”. Fue un largo soliloquio, en el que haciendo como que le hablaba al vecino, describía su mirada sobre sí mismo. “Somos invencibles, como vecinos, amigos, padres, funcionarios”. Habló de honestidad y de su probidad. Es una figura archiconocida de la psicología que se subraya de la personalidad aquello de lo que se carece.
