Las últimas semanas han sido apenas una muestra de lo que viene sucediendo con el fútbol argentino hace ya mucho tiempo. Tal vez la desprolijidad de los hechos (que a veces roza el absurdo) nos confunda, haciéndonos creer que esto es parte de un único tiempo y de protagonistas únicos.
A diario, una enorme cantidad de argentinos muere en las rutas del país. Privatizadas que fueron éstas en la década del noventa, el sistema ha demostrado suficientemente que no aporta nada a una mejor vialidad, y la lenta suma de víctimas fatales no parece conmover a nadie. Es parte de un diseño corrupto que soportamos, que revela que en el imaginario colectivo, más allá de la corrección del discurso, la vida no vale un centavo.
Detrás de lo ocurrido con la fallida consulta popular del domingo pasado, hay conclusiones que sacar. También, algún consejo que dar: que los protagonistas no dejen que el árbol les tape sus propios bosques, pues no son pocos ni todos están vinculados con el hecho central.
1) Ariel Maximiliano Mastakas (Usado y tirado) 2) Fernando Cuesta (Con número puesto) 3) Adriano Toniut («Nos faltan el respeto») 4) Adrián Alveolite (Haciéndose el ligur) 5) Juan Antonio Bilbao (¡I`m sorry!) 6) Valeria Jáuregui (Algo más que un corrector) 7) Alejandro Rossi (En ascenso) 8) Jerónimo Mariani (Prescindible) 9) José “Pepe” San Martín (De salida) 10) Marcelo Artime (Tras bambalinas)
La historia de la joven de 22 años de Lomas de Zamora, que aparece como gerente de la firma «fantasma» que recibió más de $13 millones por el stand de Vivienda
Abrirá nuevas puertas en el campo de la biotecnología, incluyendo la terapia genética individualizada y la clonación
