Aire para respirar

El negocio COVID | En medio de la enfermedad y los muertos, nos amenazan con la falta de oxígeno, la escasez de vacunas, y las camas insuficientes. La gente ni siquiera recibe información fehaciente, mientras que los de siempre hacen negocios. Aire por favor.

Cuando el gobierno definió que todos los pasajeros que llegaran a Ezeiza deberían realizarse el test de antígenos conocido como hisopado rápido, y pagar unos $2500, nadie preguntó quién estaría a cargo. Resulta que apareció una sociedad nueva cuyas dueñas son dos monotributistas. Paola Perillo Orellana es una de ellas, y está inscripta en la categoría más baja con una facturación de $18.000 por mes. La otra, Laura Cáceres, puede facturar hasta $34.700 cada 30 días. Ambas son dueñas de Labpax: la firma que genera unos cinco millones de pesos por día por hisopados rápidos. El emprendimiento se creó el 25 de marzo de 2021.

Tanto en el Ministerio de Salud como en el de Transporte deslindaron responsabilidades, sin embargo AA2000 firmó un contrato de colaboración con la Fundación Educativa San Lázaro para que organice el sistema de testeos en espacios cedidos por la concesionaria. Finalmente, esa fundación fue la que delegó el sistema en Labpax, que estaba entonces representada por Laura Cáceres. Es decir, que fueron ellos los responsables.

Lo que se sabe es que el set para hisopar de la marca Abbot tiene un costo de entre 4 y 5 dólares, más el honorario del personal que extrae la muestra. Sin embargo, se le cobra a un extranjero unos 28 dólares, aunque aseguran que el 15% del dinero obtenido se donará al hospital de Ezeiza. Desde el Ministerio de Salud, y a través de la dirección nacional de Habilitación, Fiscalización y Sanidad Fronteras, se comunica que se recibe todos los días la información estadística correspondiente a los testeos realizados, con los correspondientes casos positivos y contactos estrechos para realizar el análisis epidemiológico. Las muestras de los casos positivos son enviadas al Instituto Malbrán para la secuenciación genómica que permite tener una vigilancia de las variantes del virus… ponele. Lo cierto, es que el aeropuerto de Ezeiza es territorio de la provincia de Buenos Aires, y las decisiones que se toman corresponden, en última instancia, a la Gobernación.

¿Cómo podríamos mejorar? ¿Y si los argentinos tuviéramos acceso a nuestros propios kits de testeo? En nuestro país, la venta en farmacias de esos insumos está prohibida. Mario Della Maggiora, presidente del Colegio de Farmacéuticos no pudo dar una justificación clara de la razón por la que se ha llegado a esta decisión arbitraria, que él mismo no comparte. Dijo: “En Mar del Plata sería de gran utilidad para los barcos de pesca que van a estar en alta mar mucho tiempo: los capitanes de pesca podrían tenerlo”.

El farmacéutico opinaba que en el mundo hay tres estrategias para combatir el COVID: los cuidados personales, los testeos y las vacunas. Y que, en nuestro país, los testeos son pocos y costosos. Por eso agregaba: “Yendo a contramano de lo que está haciendo el mundo, acá prohíben la venta de los testeos rápidos, cuando en realidad cada vez hay más denuncias de que los PCR realizados en Ezeiza son un verdadero fraude, porque no parece haber ningún bioquímico al frente. Si vamos a priorizar lo corporativo a lo sanitario en una pandemia estamos en el país equivocado”.

Oxígeno

Las malas noticias sobre falta de oxígeno en distintas instituciones del conurbano bonaerense fueron atroces. En realidad, las empresas productoras se están exigiendo pago en efectivo y apartándose de los acuerdos con las obras sociales. Es decir, acuerdan con el mejor postor.

En Mar del Plata, el infectólogo Gonzalo Corral habló sobre las obras que están llevando adelante en la Clínica 25 de Mayo para prevenir problemas a futuro. Allí desarrolla su labor.

Explicó: “No tenemos dificultades puntuales con el oxígeno, pero desde el punto de vista institucional estamos trabajando para que la situación no nos agarre desprevenidos. Estamos haciendo una obra en la clínica para tener oxígeno central que permite incluso conseguirlo a una presión más alta que es lo que requieren los pacientes con COVID. No tengo conocimiento de que en Mar del Plata hubo situaciones de este tipo todavía”.

Su análisis hizo hincapié en que —a esta altura del año— se necesitaría una mejor vacunación: “desde el punto de vista epidemiológico estamos en una situación bastante crítica por la cantidad de casos acumulados que está por encima de los 3 mil, y una meseta diaria de 250 o 270 contagios. Además tenemos pacientes internados, poca gente vacunada a esta altura del año y esto hace que, desde lo epidemiológico, no sea un buen momento. Ojalá podamos tener más gente vacunada en las próximas semanas en tiempo récord para estar más tranquilos, pero es una situación difícil”.

Cuando se habló de prevenir un colapso sanitario, expuso que todavía hay mucho para hacer porque se necesitan más personas vacunadas para que signifique un alivio del sistema. Por último, señaló que las edades de internación en casos graves han bajado, y que ese alerta se ha disparado: “si uno analiza los datos de internación, la edad promedio de los pacientes que requieren cuidados intensivos bajó varios años. Lo que estamos viendo es que la forma de presentación es más grave de una manera más precoz. Son características del comportamiento biológico de esta segunda oleada. Posiblemente tenga que ver con la circulación de las nuevas variantes”.

Derecho a la vacuna

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) se ha expresado públicamente en contra del fallo de la Corte Suprema que respalda a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la continuidad de las clases presenciales. El abogado y copresidente de la institución, Guillermo Torremare, al momento de ser consultado sobre la postura que tienen frente a la falta de vacunas en el país explicaba: “la vacunación es un tema real y cierto. Lo que nos parece es que todas las medidas tendientes a plantear el resguardo de la vida y la salud de las personas tienen que tener un enfoque prioritario. Si la velocidad de la vacunación fuera otra, estaríamos en una mejor situación”. Agregó que los pactos internacionales señalan responsables de la situación, cuando se considera que no se extreman los esfuerzos para proteger la vida de los ciudadanos: “en la medida que no se utilicen el máximo de los recursos disponibles para atender esta situación, hay responsabilidad del Estado y se traduce en responsabilidad de los gobernantes. Respecto a la salud donde está en juego la vida, se tienen que utilizar todos los recursos disponibles. Si no lo han hecho ahora hay responsabilidad del Estado”.

A todo lo expuesto se suma que la comunicación de lo relativo a la pandemia hacia la sociedad no ha hecho más que fallar. Ha sido confusa y en muchos casos, equivocada. El neurólogo Conrado Estol decía para su entrevista con la 99.9: “hay muchos temas de los que no se habla y son importantes. Debería existir una comunicación simple donde el Estado debería poner en los medios todo el tiempo algunos conceptos para la protección y la seguridad; para recordarnos que todavía estamos en esto y tendremos 70 mil muertes pronto. Algo que no cause miedo, sino que informe a la gente y la empodere para saber a qué se enfrenta. Así no escuchan informaciones parciales que en muchos casos no son ciertas”.

En el mundo, hay desigualdades en el acceso a las vacunas pero se debe comunicar con precisión todo lo que suma relevancia: “La OMS confirmó ahora que se transmite por aerosol, cuando lo sabíamos en marzo de 2020 y se propuso el barbijo. Es lógico que la gente se confunda si no hay una comunicación sólida diariamente. La vacunación es confusa. Parecen cantidades grandes de dosis, pero en realidad es el 2% de la población vacunada apenas. Es todo comunicación, comunicación y comunicación”.

El médico destacó también la experiencia de países orientales que son los que —en líneas generales— han podido controlar mejor la pandemia. Explicaba: “la conducta tiene mucho que ver, porque en Asia hay disciplina y China sigue en el lugar 92 de contagios en el mundo. La mayor parte de los países de oriente tienen esto controlado desde el principio. Taiwan —por ejemplo— es una isla a muy pocos kilómetros de China, y tuvo esto controlado durante todo este tiempo”, finalizó.

La cuestión es que nosotros, los argentinos, estamos necesitando un poco de aire. Una buena noticia, un gesto en el proceso de detener el avance de la enfermedad. Un buen dato que nos genere la sensación de que están velando por nosotros. Por ahora tenemos esto: poco y nada. Una comunicación que nos resta y nos confunde.