Boca de lobo


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Una encuesta escolar reveló que la comunidad marplatense del sur estaba de acuerdo con la instalación del shopping Unicenter en la zona. En su momento, una orden judicial primó sobre una ordenanza, y no permitió que las obras siguieran adelante. ¿Cuándo averiguarán lo que quiere la gente?¿Cuándo escucharán?

El predio de la Avenida de los Trabajadores –ex Martínez de Hoz- esquina Vértiz es tierra de nadie. Hay un semáforo donde no se puede esperar legalmente y respetar la luz, porque los asaltantes aprovechan la oscuridad y la desolación para robar a los desprevenidos. La escena se repite de marzo a diciembre, y solamente hay una circulación de personas en la temporada turística.
Los chicos y jóvenes que asisten a Punto Sur -el predio deportivo que se encuentra en las cercanías- deben llegar a sus entrenamientos en coche o taxi, porque es prácticamente imposible circular por la zona una vez que el sol comienza a esconderse. Temprano, como sucede en invierno, es una boca de lobo.
No hay un verdadero criadero de ratas solamente porque la empresa de origen chileno Cencosud, que adquirió las tierras en 2000, ha mantenido pago el servicio de desratización por años. Sólo eso. Más allá de evitar la proliferación de la fauna, el resto es un pastizal.
Recientemente, una escuela secundaria de la zona sur, el Instituto Punta Mogotes, tuvo a bien realizar una encuesta como proyecto de los alumnos de sexto año, cuyo plan de estudios contempla en el año de especialización el dictado de materias orientadas a la investigación y el desarrollo de campo, de acuerdo con los intereses de los alumnos. En ella se interrogaba a los vecinos de la zona y los comerciantes implicados, su opinión sobre el mejor destino para el edificio abandonado.
La muestra abarcó unos trescientos casos. Se consultaron los barrios Punta Mogotes, Colinas de Peralta Ramos, Bosque de Peralta Ramos, Alfar, Acantilados y Puerto. Y el resultado fue sorprendente para muchos.
El cuestionario de siete preguntas, explicitó los ítems siguientes:
1º) ¿Considera que la instalación del Unicenter mejorará la zona? Logró un 71% de adhesión.
2º) ¿Los vecinos están de acuerdo con que se construya el centro comercial? Un 70 % dijo que sí.
3º) ¿La instalación del shopping apunta a la generación de nuevos puestos de trabajo? El 78% responde positivamente.
4º) ¿Considera positiva la posibilidad de migración de habitantes hacia los barrios cercanos? Un 71% adhirió.
5º) ¿Habrá mayor afluencia turística a partir de la instalación de un shopping en la zona? Un 56% respondió que sí.
6º) ¿Cuáles serían los rubros que no deberían faltar en el mencionado shopping? Respondieron en el siguiente orden: a) venta de ropa, b) entretenimientos, c) restaurante, d) cines e) venta de comestibles.
7º) Sólo para aquellos encuestados que no están de acuerdo con la instalación del Unicenter en la cantera, ¿qué destino le darían a ese terreno de 16.200 m2, hoy abandonado? Respondieron en el siguiente orden: a) centro cultural y deportivo; b) escuela; c) espacio verde; d) hospital; e) parque de diversiones.
Los alumnos abocados a este proyecto plantearon una segunda hipótesis: “Los comerciantes de la zona no estarán de acuerdo con la instalación del Unicenter porque redundará en perjuicio de su economía”. Sin embargo, dicha hipótesis fue refutada ampliamente, ya que el 81% de los comerciantes encuestados está de acuerdo con la instalación del shopping, el 78% opina que mejorará la zona, el 91% dice que se generará nuevos puestos de trabajo, y un 50% opina sobre la posibilidad de una mayor afluencia turística a Mar del Plata.

¿Por qué no?

Colegio de MartillerosLos memoriosos recordarán que allá por el 2000, la decisión de un magistrado de esta ciudad frenó el desembarco de Unicenter en esta ciudad balnearia.
En efecto, Jorge Osvaldo Novelli – entonces titular del juzgado en lo Civil y Comercial número 12- hizo lugar al recurso de amparo presentado por la Cámara Marplatense de Empresas Comerciales (Cameco), entidad que había solicitado la nulidad de una ordenanza, que antes autorizaba la construcción de un hipermercado en el predio conocido como La Cantera. El lote había pertenecido hasta entonces a la tradicional entidad deportiva local, Club Aldosivi.
En su resolución, Novelli determinó “la prohibición de innovar en relación a cualquier construcción con destino específico comercial para cualquier establecimiento mayorista o minorista que ocupe un área superior a los 2.500 metros cuadrados, en el predio del Club Atlético Aldosivi”.
En su momento, y teniendo en cuenta su propia conveniencia, la resolución del juez fue aplaudida por las autoridades de Cameco, y de la entidad que agrupa a las pyme, para quienes el fallo significaba “un gran paso hacia adelante”, aunque quedaba claro que debía aguardarse una sentencia definitiva. El entonces titular de Cameco, Jorge Delacroix, afirmaba: “Creemos que el juez ha entendido que la ordenanza que nos metió en este baile, la que modificó los indicadores urbanos, es violatoria de la ley provincial 11.088”.
La historia aludida fue la siguiente: primero, el Concejo Deliberante local había recalificado el destino que podía darse al complejo deportivo, a través de la mencionada ordenanza, y abría así la puerta para que Cencosud comprara el lugar en 3,5 millones de pesos, que en aquel momento eran dólares. Tres meses después, la decisión adversa del juez indicaba no innovar, y echaba atrás las obras para la construcción prevista, ya que dejaba sin efecto la ordenanza por enfrentarse con la ley. Era la intendencia de Elio Aplile.

Otras voces

gallegosEn cambio, el gremio de la construcción había recibido como un baldazo de agua helada lo resuelto por Novelli, pues en una ciudad que tenía al momento un 19% de desocupados, la obra de Unicenter aseguraba emplear a 800 operarios por alrededor de un año. No obstante, esperaban que la medida fuera revocada en la próxima instancia, y se pusieran en marcha las obras.
Según los trascendidos, la idea de Cencosud era construir un complejo a pasos del puerto local, que comprendería un edificio de seis pisos y dos subsuelos, con una superficie cubierta estimada de 16.200 metros cuadrados. Allí se distribuirían un supermercado, patios de comidas, locales comerciales y salas de cine. Pero nunca sucedió.
Ahora el tema vuelve al tapete con la encuesta a los vecinos, que es dada a conocer por la directora del Instituto, Azucena Pérez. Ella detalla el punto de vista de los vecinos de la zona y lo hace suyo: ellos padecen la desolación del invierno y la distancia enorme entre los pequeños comercios del barrio que permanecen abiertos fuera de temporada. Los demás cierran, sin tener en cuenta que en esta ciudad vive gente entre marzo y diciembre.
En el momento de la suspensión de las obras, había primado el punto de vista de la entidad reclamante, la Cámara de Comerciantes Marplatenses, cuyo presidente, Juan Antonio Gutiérrez, y los vicepresidentes, Guido Dalia y Héctor Domínguez, manifestaban que la política de ventas de esta empresa era sumamente agresiva: “Durante el primer año de su instalación van a tratar de destruir a la competencia local, como lo han hecho en todas sus sucursales, con resultados catastróficos para los comercios instalados”.
Pero Cameco también se había opuesto exitosamente a la instalación que pretendía la firma Cencosud en el predio de la ruta 2, aquel que fuera ocupado por el viejo Italpark. Y también en el caso del hipermercado de la cadena Libertad, perteneciente al operador francés Casino, que se pretendía abrir en el Lago Stantien.
Tiempo antes, la misma postura había sido sostenida por el presidente de la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA), y de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción de Mar del Plata (UCIP), Raúl Lamacchia, quien había asegurado que los megaemprendimientos “destruyen al comercio minorista”.
El dirigente empresario, como legislador, fue autor de la ley 12.573, que regula la habilitación de grandes superficies comerciales en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires. La ley considera grandes superficies comerciales a todos los establecimientos de comercialización mayorista y minorista que ocupen en total un área superior a los 2.500 metros cuadrados cubiertos. A la vez, la normativa prohíbe a los municipios la sanción y promulgación de ordenanzas que modifiquen la zonificación con el objeto de posibilitar la radicación y habilitación de estos establecimientos o posibilitar excepciones a la ley, así como también establecer a su favor exenciones o beneficios de carácter tributario.
Y entonces, ¿qué queda? ¿Son acaso los comerciantes de la Cámara los que se ocuparon de que la zona de la cantera del puerto no fuera una boca de lobo, donde hay que tomar un taxi para poder comprar un paquete de harina durante nueve meses del año? No. Los vecinos sienten que están librados a sus posibilidades de superar dificultades, porque a la hora de resolver los problemas de la zona, ni la municipalidad, ni la cámara de comerciantes, ni el juez Novelli se acordaron de ellos. Sólo los conocieron para decir lo que no hay que hacer. Hoy, los pibes de la escuela siguen las nuevas políticas educativas, y salen a la calle a conocer qué es lo que pasa en su ciudad. Bueno, en la de ellos pasa esto. Alguno cree que con prohibir la instalación de grandes superficies va a lograr que este balneario se convierta en Cariló, o algún otro de los municipios regulados en donde no hay cemento ni estructuras pesadas. Pues han llegado con unos setenta años de demora. Desde que se construyó el primer rascacielos. Simple caso de intereses creados, en el que a la gente no se le pregunta nada nunca, y se la deja viviendo en la oscuridad, para que otros no hagan negocio.