La quiebra del EMHSA | Una exempleada presentó una solicitud de ampliar la quiebra, y lograr que los que fueron propietarios del EMHSA paguen con sus bienes personales a los acreedores. El pedido incluye a Luis Barrionuevo como tercero controlante, es decir, quien no figuraba como director, pero de hecho tomaba las decisiones.
En el mes de febrero, los 400 trabajadores del sanatorio central EMHSA recibieron la noticia de que la justicia dictaminaba la quiebra del establecimiento. El titular del juzgado federal, civil y comercial número 10, secretaría 19, de la Ciudad de Buenos Aires, doctor Héctor Comer, habría dispuesto la medida, y tras cartón, el gremio que lidera Luis Barrionuevo compraba el edificio. Parecía que le convenía.
La alegría del sindicalista y propietario de dos hoteles, un balneario y ahora nuevamente el sanatorio EMHSA, Luis Barrionuevo, se contrasta con la incertidumbre de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), que no sabía a ciencia cierta quién se haría cargo del personal, que ni siquiera había cobrado los salarios. Pero Barrionuevo recordaba ante la prensa que él había sido el encargado de construir el sanatorio en los comienzos de la década menemista, y que ahora volvería a hacerse cargo debido a la quiebra de la empresa. Incluso mencionó que los sindicatos de Camioneros y Empleados de Comercio, que eran parte del directorio, prestaban conformidad para la venta.
Barrionuevo quiso llevar tranquilidad al personal, pero no le salió. Nadie le creyó. Laura Delpir, secretaria general de ATSA en Mar del Plata, planteó que tras la compra del inmueble, no sabían quién sería responsable de los trabajadores.
Ya desde antes, cuando las demoras salariales comenzaban, todos veían venir el problema: reclamaban el pago de salarios de los más de 400 empleados, y se rumoreaba que los médicos se iban y que se dejaría de atender al PAMI.
El primer cierre se realizó bajo la excusa de unas remodelaciones. Después de eso, el hospital fue un edificio fantasma, que quedó como si todo el mundo hubiera salido corriendo: papeles en los escritorios, y pertenencias diseminadas. Los pacientes que se atendían allí también iniciaron un periplo de sufrimientos, ya que el PAMI los derivó a ser atendidos en centros de salud cuya calidad no era comparable al EMHSA. La gente postergaba operaciones y atención medica por simple miedo, y todos esperaban que el hospital volviera a funcionar, lo cual nunca pasó.
El manipulador
Ahora se ha solicitado la extensión de la quiebra de la clínica EMHSA a los directivos, las empresas vinculadas, y al mismísimo Luis Barrionuevo. El pedido fue presentado el viernes 11 de septiembre ante el juez que interviene en la causa, y se fundamenta en que no hay activos suficientes para afrontar el pago de las deudas.
El documento presupone que la administración negligente llevó a la quiebra del establecimiento, y agravó la delicada situación del sistema de salud de Mar del Plata, a la vez que dejó sin empleo a muchísimos trabajadores. Pero se aclara que la gestión que ahora se realiza no afecta el proceso de expropiación que se encuentra en marcha.
Quien inicia la gestión es la extrabajadora Juana Ester Fraga, quien se presentó por intermedio de su abogado ante el juzgado comercial n°10 donde se tramita la quiebra, a interponer la demanda para lograr la extensión de la quiebra a Rodolfo Emilio Alonso, presidente y accionista del EMHSA, a Carlos Bettes, vicepresidente y accionista, a Miguel Angel Irusta, director suplente, a la empresa APEN S.A., en su carácter de accionista mayoritaria, a Guillermo Néspola, director de APEN S.A., y a José Luis Barrionuevo, por ser considerado tercero externo controlante, y director encubierto del hospital. De prosperar, la medida cautelar solicitada debería decretar la inhibición general de bienes de los aquí mencionados, a fin de evitar que se apuren a enajenar sus propiedades y terminen de frustrar los derechos de los acreedores.
Fraga dice que fue reconocida como acreedora del EMHSA en la causa de la quiebra, y que como trabajó allí sabe que, si bien no figuraba formalmente en la dirección de la misma, Barrionuevo era en la práctica quien controlaba y dirigía la clínica a través de personas designadas por él, que son los restantes demandados. Afirma que José Luis Barrionuevo era quien decidía la contratación y despido del personal y profesionales, y quien ordenaba y realizaba las mejoras sobre el inmueble donde funcionaba la clínica. Que durante todo el periodo de funcionamiento manejó los bienes de la sociedad fallida “como si le pertenecieran personalmente”, y hablaba ante los medios periodísticos de la ciudad como el dueño. En Mar del Plata, aún entre quienes no trabajaban en el EMHSA, era vox pópuli que la firma era controlada y manejada por el líder sindical.
En la presentación se afirma que, si bien Barrionuevo está vinculado al sindicato de gastronómicos (UTHGRA), en este caso actuó como empresario y director de la sociedad mencionada, y que ha actuado siempre en su interés personal: dispuso de los bienes como si fueran propios y generó fraude a sus acreedores.
Como documento, se expone un artículo del diario La Capital del 27 de enero de 2009, donde Barrionuevo expresó públicamente: “vamos a ampliar las instalaciones de nuestro Sanatorio Emhsa”. En otro medio, el diario El Argentino Mar del Plata, refirió más recientemente: “O lo abren o lo dinamitan, porque yo lo construí para que sea un sanatorio”.
Dicen los expertos que, con una diligente administración, la quiebra de la clínica hubiera sido totalmente evitable. Así las cosas, la quiebra fue inducida dolosa e intencionalmente ya que el propio Barrionuevo parece haber sido el responsable: “Ha desviado indebidamente el interés social de la controlada, sometiéndola a su dirección en forma personal y en su propio interés en forma sistemática y permanente, y así fue el que, configurando un desvío del interés social, provocó la insolvencia y quiebra de la controlada”, dice la presentación. Y sigue: “Ha manejado a la fallida discrecionalmente en su propio beneficio, actuando bajo la forma de sociedad con el propósito de evadir su responsabilidad frente a los acreedores”.
Entonces, Barrionuevo fue un controlante externo que manejó a la sociedad sin estar dentro del directorio de la misma. Dicho control lo ejerció a través de Rodolfo Alonso, Carlos Bettes y Miguel Angel Irusta, accionistas puestos por él en el directorio de la empresa con el fin de que toleraran un control irregular. A la vez, se indica que la empresa APEN S.A. es la principal accionista de la clínica, y fue quien participó en el asesoramiento, dirección y gestión empresarial. Mediante la titularidad del mayor porcentaje de las acciones, controló al EMHSA y determinó la voluntad social de sus acciones.
Las pericias
A través de esta presentación, el abogado de la extrabajadora solicita las pericias necesarias para comprobar la responsabilidad de Barrionuevo en la quiebra, y para eso pide que se designe un perito contable que compulse sus libros, asientos y demás registros comerciales y laborales. Así se podrá establecer si los denunciados efectivamente han actuado en su interés personal, y dispuesto de los bienes como si fueran propios, porque eso causaría fraude a sus acreedores. A la vez, deberá establecer el grado de relación entre todos los demandados, y si realizaron aportes económicos para la empresa.
El peritaje establecerá de manera efectiva quién dirigía la empresa, y quién efectuaba los aportes para mantenimiento y reparación, decidía la contratación y despido del personal. Buscará establecer cómo se adoptaban las decisiones, y si se respetaba lo establecido en el estatuto social. Se quiere averiguar cuál era el rol que desempeñaban los nombrados dentro de la empresa y cuál cumplía Barrionuevo, para poder establecer las causas del desequilibrio económico. Se procura el origen y legalidad de los créditos verificados de la quiebra, así como un detalle del activo y pasivo de los denunciados y de la empresa.
Según los libros y la documentación, se reconstruirá el estado de sus negocios, para saber si realmente había una cesación de pagos, o si la situación se podía haber superado. Para eso se utilizarán los balances de los últimos 3 ejercicios de la empresa, que indicarán si parte de las ganancias líquidas fueron destinadas al fondo de reserva legal, y cómo se distribuyeron los dividendos. Se sabrá así ciertamente si los bienes son hoy suficientes para cubrir la totalidad del pasivo, y si la sindicatura o la asamblea cumplieron con sus obligaciones estatutarias.
Habrá que saber cuál era la remuneración percibida por los directores del EMHSA, así como qué temas se trataron en todas las reuniones de directorio y asambleas ordinarias y extraordinarias, y con qué quórum. En definitiva, se procura establecer si la quiebra y la disminución del patrimonio de la sociedad fueron consecuencia de la mala administración efectuada, y si los directores adoptaron medidas para reconducir la sociedad.
Además, se deberá detallar cuáles eran los bienes que integraban el activo a la fecha de la quiebra, y si en base a la documentación analizada y compulsada, se detectaron actos perjudiciales para los intereses de los acreedores.
También habrá que determinar la nómina de todos los proveedores del EMHSA, para saber si los productos adquiridos se corresponden con el costo pagado y las necesidades de funcionamiento. Así se investigará la posible vinculación entre los proveedores y los aquí demandados.
Tal es la situación y tal el pedido. En base a lo que ya era un rumor en la ciudad, el magistrado deberá ahora ver cuál es la responsabilidad del líder sindical en haber llevado a la quiebra un hospital que luego festejó comprar. Ahora que los medios dan cuenta de una expropiación y una nueva puesta en funciones, es urgente volver a dar atención a los cientos de pacientes que esperan, y hoy colapsan distintos centros de atención de salud.
La figura del tercero controlante parece ser una linda forma de nombrar al que hace desde afuera. El que no firma. El que administra para después gestionar únicamente en su propio provecho. Y salir aun más rico.