Festival de subsidios

Industria molinera | Dos legisladores denuncian que una empresa molinera que elabora productos especiales resultó beneficiada por un sistema de subsidios del Estado que estaban pensados para la harina 000. Mucha plata en juego.
Luciano Bugallo y Marcela Campagnoli son los dos legisladores de la Coalición Cívica que habían denunciado al exsecretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, por considerarlo responsable de irregularidades en la administración de subsidios para contener el precio del trigo. Ahora, los diputados ampliaron la denuncia porque nada cambió: explican que Guillermo Hang continuó realizando un manejo irregular de los subsidios millonarios que vinieron a beneficiar otra vez a la firma Molinos Cañuelas.
Ahora, los diputados solicitan a la justicia una medida cautelar para impedir que el dinero se siga girando, y repiten los términos de la denuncia que ya se había iniciado el mes pasado contra Roberto Feletti. El funcionario habría favorecido directamente con el dinero del Fondo Estabilizador del Trigo financiado con nuevos impuestos al aceite y derivados de la soja, que iba a servir para contener la suba internacional del trigo. 
Pero, después, de Feletti llegó la gestión de Guillermo Hang en la Secretaría de Comercio, que siguió girando fondos a la empresa, aunque no cumplía con los requisitos para contratar con el Estado, porque estaba concursada. Afirman los denunciantes que el verdadero objetivo fue beneficiar a pocos molinos, y en particular a Molinos Cañuelas, que recibió subsidios que no le correspondían con la excusa de que así se iba a bajar el valor de mercado de la harina.
Bugallo y Campagnoli refieren en su denuncia a la resolución 426/2022, que establecía que el beneficiario del subsidio no debía mantener juicios contra el Estado Nacional. Pero, resulta que Molinos Cañuelas, a esa fecha, ya estaba en concurso. Entonces modificaron el marco legal con la resolución 439/2022, que favorecía a Cañuelas, diciendo que los beneficiarios no debían tener conflicto de interés con el Estado Nacional.
Luciano Bugallo declaró al respecto: «es muy burda la estructura armada por Feletti para direccionar fondos públicos a Molinos Cañuelas, con el único objeto de rescatarlos de la quiebra, generando una situación de competencia desleal en desmedro de toda la industria molinera nacional. La continuidad del FETA después de la renuncia de Feletti, de Hang y ahora en manos de Pollera, demuestra que la orden de crear este fideicomiso a la medida de Cañuelas,viene directamente del Instituto Patria y de uno de los principales operadores del molino, hoy al frente de FAIM».
El legislador considera que la guerra de Ucrania y el precio internacional del trigo fueron únicamente una excusa: «no es más que una bruta mentira y el borrador del fideicomiso circulaba desde el año pasado por varios pasillos, buscando la firma que lo pusiera en vigencia», afirmaba. Como prueba de la ineficacia de la medida, afirma que el precio del trigo cayó un 40% en el último mes, pero sin embargo el pan aumentó un 3,4% al público.

Segunda parte

Pero esto no es todo: ahora la denuncia se amplía porque los legisladores afirman que —por más que cambien los funcionarios— la actitud continúa siendo la misma. Las irregularidades en el marco de la industria molinera los siguen preocupando, y reiteran que los subsidios tienen como único fin beneficiar a la empresa Molinos Cañuelas, y hacer de ella un próspero imperio.

En ese momento Guillermo Hang había pasado a ser el Secretario de Comercio Interior, pero el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) creado por Roberto Feletti continuaba exactamente igual que antes. Afirman: «el actual Secretario de Comercio Interior ha continuado implementado el desembolso irregular por medio de un fideicomiso con el fin de controlar el precio de la harina de trigo».

La denuncia detalla que el accionar de la subsecretaría se apoya en un antecedente legal que es la Emergencia Alimentaria, que fuera prorrogada por ley 27.519. Pero los beneficios que prevé ese marco normativo se refieren a la harina 000, es decir, a la producción del pan. Resulta que Cañuelas produce, además, harina 0000 y harinas especiales. Según exponen, esas  harinas especiales no forman parte de lo que se denomina «la mesa de los argentinos», para sostener ley de Emergencia Alimentaria.

Según explican los legisladores, la medida genera que se distraigan fondos que benefician a Molinos Cañuelas, que elabora las mencionadas harinas especiales, cuando en realidad la finalidad del subsidio es destinarlo a los fabricantes de harina 000: molinos pequeños o medianos que elaboran harina para pan, que son el objetivo principal de la creación de FETA. Las harinas especiales son productos que no forman parte de la mesa de los argentinos en su población más necesitada.

La denuncia narra además que esta no sería la primera vez que el Estado Nacional busca favorecer directamente a Molinos Cañuelas. Hasta la fecha, pocos molinos decidieron ingresar en el programa del FETA —que implica contar con el subsidio oficial a cambio de vender la harina a precio más bajo para las fábricas— porque las experiencias anteriores en planes similares habrían sido nefastas.

La ONCCA

La experiencia inmediatamente anterior al FETA es la ONCCA (Organismo de Control Comercial Agropecuario) que se caracterizó por un funcionamiento irregular: un claro favoritismo a muy pocas empresas, lo cual incumple con los molinos, que son pymes. Se habla de un desvío, de compensaciones o subsidios a molinos harineros, además del otorgamiento de compensaciones con destino al sector agropecuario. Este irregular desempeño fue hecho público por los medios de prensa: generó denuncias ante la justicia, y dio sustento a un libro del especialista Matías Longoni con prólogo de un exdirector de la ONCCA, Marcelo Rossi. Allí se describían todas las irregularidades cometidas. En 2011, el Estado debía a todos los molinos entre 10 y 12 meses de subsidios: estamos hablando de montos que comprometen casi un ejercicio económico. En este contexto, afirman que Molinos Cañuelas sí pudo cobrar todas las compensaciones adeudadas; por lo no cobrado, Cañuelas inició juicios contra el AFIP a partir del 2015.

En febrero de 2011, la ONCCA fue disuelta: en su lugar se creó la UCESCI (Unidad de Control de Subsidios para el Comercio Interno). Las deudas del Estado Nacional con las molineras se cancelaron con un sistema que, según afirman, habría perjudicado a las empresas. El relato indica que entregaron bonos del Estado Nacional, que fueron emitidos especialmente para abonar esta deuda. Estos bonos tenían un vencimiento a 16 años pero escasa utilidad, porque no cotizaban en bolsa ni servían para cancelar impuestos.

Se trata de bonos a una tasa del 4% anual en una caja de ahorro del Banco Nación que debieron ser liquidados a valores residuales, totalmente depreciados, debido al desfinanciamiento en que se encontraban las empresas molineras. Como resultado, algunas empresas —entre ellas, Morixe, que cotizaba en bolsa— recurrieron a la justicia para instalar su reclamo.

Mientras que todo este plan beneficiaba a Molino Cañuelas y su grupo, destrozaba a los molinos pymes. El resultado fue que Cañuelas pasó a convertirse en una empresa poderosa, con acceso a los mercados financieros nacional e internacional, altamente automatizada e integrada horizontal y verticalmente por el aprovechamiento y la diversificación. Se convirtió en un conglomerado con alto poder de incidencia en el mercado de la harina, que culminó consolidando con su par Cargill. Ambas actuaron en las acciones privadas y públicas mediante el ejercicio de sus planes concertados en FAIM, que permitía la facilidad de acceder a la información esencial de mercado y a los organismos nacionales, programas de estímulos financieros, etc.

Una resolución de la SCI sancionaba el marco del expediente nombrado y reconocía un papel preponderante a Molinos Cañuelas en la maniobra. Se la multaba en $150.000.000, para luego otorgarle una compensación de más de mil millones de pesos. ¿Qué tal la maniobra?