Vacunación Covid-19 | El proceso de vacunación ya se ha judicializado. La compra de dosis sigue bajo la lupa, y la fabricación local del producto ha sido puesta en duda. Podríamos tener alguna tranquilidad por lo menos en este proceso, pero no. La gente está harta.
La mayoría de estas palabras corresponden al juez federal Alfredo López, quien explicó en su entrevista con la 99.9 las particulares circunstancias que rodean el tema de la vacunación en todo el país, y la óptica discutible con las que —desde el ámbito político— se evalúan la mayoría de las situaciones que tienen que ver con lo antedicho. Como se recordará, fue el magistrado quien se expidió ordenando que se aplicara la vacuna a una mujer con Síndrome de Down y patologías asociadas, tras un proceso de judicialización al que había tenido que recurrir esta familia ante la negativa de un procedimiento que debió ser expeditivo.
Su manda fue desoída, y ya se han cursado todas las intimaciones del caso. El magistrado ahora explicó que ya se notificó a las partes, y que tanto el poder ejecutivo nacional como el provincial fueron informados en sus respectivos ministerios y funcionarios responsables. “Se notifica por mail, atento a la urgencia, de que deben dar cumplimiento en forma inmediata y sin más dilaciones con las dosis pertinentes, porque la cautelar fue notificada el 16 de abril”, dijo López.
La denuncia de incumplimiento de la manda judicial es pública porque la persona en cuestión concurrió a Zona Sanitaria VIII y sin embargo le negaron la dosis: ¿quién es el responsable de esta acción?
Pero resulta que las dudas en torno a la vacunación son incontables y cotidianas, y hay montones de anécdotas particulares: unos no logran vacunarse, y otros gestionan la vacunación simplemente con acercarse a un vacunatorio y decir que no pudieron concurrir en día correcto, que el día se les pasó, etc. Así de simple, así de caótico.
Pero sin embargo, en este caso particular parece que cumplir un amparo judicial se está haciendo más que difícil. ¿Qué hay detrás de este capricho?
Sabemos desde hace tiempo que las irregularidades en tono a la vacunación llevan directamente a denuncias penales que están en curso, porque son notorias y aparecen todos los días. Pero sin embargo llama la atención que ante una orden de un juez federal que ampara a una persona con discapacidad y patologías congénitas, se le niega la dosis, aun cuando su padre donó su propia vacuna en beneficio de su hija. “No me imaginé que me iban a denunciar un incumplimiento”, dijo el juez: “Uno ya piensa que nada lo va a sorprender, pero sin embargo…”
A partir de allí, el juez mencionó la situación del titular del laboratorio Richmond de la Argentina, quien firmó un memorándum de entendimiento con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) para producir la vacuna Sputnik V contra el coronavirus en el país, desarrollo en el que participará el laboratorio indio Hetero, encargado de transferir la tecnología. El presidente de Richmond es Marcelo Figueiras, quien recientemente declaró ante la prensa que estaba trabajando en un acuerdo de partes que permitiría además enfrentar futuras pandemias. El empresario señaló que Richmond ampliará la capacidad productiva, porque al momento las condiciones para producir aquello que se compromete no están dadas. Dijo el juez López: “Detrás de esto está un personaje siniestro que es el doctor Pedro Cahn, y la Fundación Huésped, que recibe financiamiento internacional. El ofrece protocolo a las empresas, y con este protocolo pasan a ser esenciales. Parece que hay una incompatibilidad porque tras esa —entre comillas— fundación se dedica a hacer negocios”.
La rusa
El ANVISA, organismo que cumple las mismas tareas que la ANMAT pero en Brasil, decidió no autorizar la aplicación de la vacuna Sputnik-V. La científica Sandra Pitta explicó en la 99.9 de qué se tratan las anomalías que encontraron en la vacuna para justificar esta acción. “Hay una serie de irregularidades. La más importante es que en la segunda dosis hay adenovirus replicante que es el transporte del material genético del COVID que genera la inmunidad. Lo que hay que hacer es que no se multiplique una vez que ingresa a la célula porque puede provocar las enfermedades de ese adenovirus como resfrío o gripe que puede ser peligroso en personas inmunocomprometidas”, explicaba.
Pitta indicó que, si bien hay trabajos cuyos resultados parecen contrapuestos, hay que saber diferenciar y jerarquizar los resultados: “los rusos reconocieron que tenían adenovirus replicantes en cantidades superiores a los límites establecidos internacionalmente. Cuando los técnicos de ANVISA les preguntaron por qué no cambiaban la metodología, indicaron que tenían que hacer todo de vuelta y no había tiempo. Bajo esas circunstancias en Brasil no lo autorizaron”.
En Argentina, mientras tanto, se eligió dejar de lado el ofrecimiento de Pfizer para ir por las vacunas rusas y ante cualquier crítica, se indican cuestiones ideológicas: “primó la ideología por encima de la ciencia. Quienes piensan que criticamos la vacuna es porque odiamos a Rusia o tenemos un tema ideológico deben saber que es todo lo contrario. Lo que pretendemos que haya más vacunas”, explicaba la científica.
Pero no solamente en Brasil se presentaron inconvenientes. Las vacunas rusas Sputnik V llegaron en marzo a Eslovaquia como un remedio de urgencia cuando el país encabezaba la mortalidad por coronavirus en Europa, pero seis semanas después siguieron sin emplearse porque las autoridades sanitarias dudan abiertamente de su composición.
El gobierno eslovaco anunció en marzo la compra de dos millones de dosis de Sputnik para acelerar la vacunación en el país de cinco millones de habitantes, con la cuarta mayor cifra de mortalidad por Covid en Europa. Al país llegaron en marzo 200.000 dosis, y algunas de ellas fueron analizadas por la Oficina Nacional para el Control del Medicamento (SUKL), que debe dar el visto bueno antes de que puedan ser utilizadas en territorio eslovaco.
Este país centroeuropeo se convertía así en el segundo socio de la Unión Europea (UE) en recibir vacunas rusas, pero al contrario que en Hungría, donde empezaron a administrarse sin problemas, la Sputnik V se ha encontrado con las dudas de los expertos eslovacos. Sucede que el regulador de medicamentos de Eslovaquia cuestionó la composición del medicamento, y sugirió graves problemas de calidad en la fabricación: el fármaco no tenía las mismas características que el analizado por la prestigiosa revista médica británica The Lancet.
Las pruebas
En esa revista, un estudio había afirmado que Sputnik V tenía una eficacia del 91,6% contra el virus SARS-CoV-2, un respaldo para la vacuna que fue utilizado por Rusia para mejorar su imagen internacional. Pero el organismo de control descubrió que los lotes importados de Sputnik no tenían las mismas características y propiedades que la versión de la vacuna revisada por The Lancet. Por eso afirmaron: “No es posible un dictamen definitivo sobre ventajas y riesgos de la vacuna Sputnik V debido a que faltan muchos datos del fabricante, las ampollas del fármaco son inconsistentes, y no ha habido forma de comparar las vacunas en distintos estudios clínicos y países”.
El regulador eslovaco llegó a esa conclusión después de pedir asesoramiento a cerca de una veintena de laboratorios, públicos y privados, lo que desató la indignación en Moscú, que tildó lo sucedido de sabotaje. Por eso, el fondo soberano ruso responsable de la vacuna ha demandado la devolución de las dosis vendidas al sostener que Eslovaquia violó el contrato bilateral por analizar el fármaco en laboratorios para el control de medicamentos que no resultan certificados por la UE. Inmediatamente, llamó al país centroeuropeo a repetir los análisis en laboratorios aprobados por Bruselas: “Todas las partidas de Sputnik V tienen idéntica calidad y son sometidas a un estricto control de calidad en el Instituto Gamaleya”, subrayó el Fondo de Inversión Directa Ruso.