La ciudad de la trata

En Mar del Plata se reciben al menos dos denuncias al mes por delitos vinculados con la trata de personas. Sin embargo, pocas son las situaciones donde se investiga o, siquiera, se toman las denuncias. ¿Quién protege a esta gente?

La ciudad se vio conmocionada esta semana cuando TN reveló la espeluznante historia de una chica que fue raptada y obligada a ejercer la prostitución durante tres semanas, hasta que su abuela —no la Justicia, no la policía, sino su propia abuela— la rescató.

Pero esta no es la única historia de horror que se da en nuestra ciudad, donde las denuncias por delitos vinculados con la trata de personas son algo frecuente, pero los resultados dejan muchísimo que desear.

Acá no más

La captaron en Constitución y Della Paolera. La tuvieron cautiva en Av. Libertad entre Francia y Don Bosco. Este caso de espanto que conmociona hoy a la opinión pública y que adquirió resonancia a nivel nacional, sucedió en estas calles que los marplatenses transitamos todos los días.

La policía —en ese momento, en manos del infame José Luis Segovia— ni siquiera les quiso tomar la denuncia, aduciendo que era sólo una adolescente que se había fugado como hacen tantas más. La joven fue captada luego de pactar un encuentro a través de Facebook Marketplace. Su intención era vender unas prendas de ropa. En cambio, apareció una camioneta, la metieron adentro, y se la llevaron.

Durante 21 días la tuvieron drogada, permitiendo que las personas que abonaban los $20.000 pesos que les cobraban la violaran. Para rescatarla, su abuela se infiltró en un grupo de chat haciéndose pasar por una prostituta. Así, averiguó dónde la tenían retenida: en un edificio ocupado de la Av. Libertad. Fue ella, con la ayuda del hermano de la víctima, quien la sacó de ese infierno.

Corrupción extrema

Rodrigo Tripolone es el abogado que asumió ad honorem la representación de esta familia. En una entrevista para la FM 99.9, se refirió al nivel de protección del que gozan en nuestra ciudad este tipo de organizaciones dedicadas a captar y prostituir mujeres: «hablamos de la corrupción policial, por ejemplo el caso de Segovia, y esto tiene íntima vinculación con todo lo que estaba sucediendo. La realidad es que hay un entramado de operadores jurídicos y policiales involucrados en todo este tema de la trata, que no es un caso aislado. Hace meses que estábamos trabajando con esto para poder exponer lo que estaba sucediendo. A Fabiana, la abuela, la mujer que rescata a su nieta haciendo una investigación ella por sí misma, no le quisieron tomar la denuncia en la comisaría, Después va a la DDI que, en ese entonces era controlada por Segovia, o sea, había un acólito de él, y finalmente tuvo que ir ella misma al lugar, después de haber hecho una investigación a través de redes sociales, de crear perfiles truchos y rescatar a la menor que estaba totalmente drogada, obligada a prostituirse en ese momento en una esquina, porque los primeros días la tuvieron sometida en una habitación, suministrándole drogas todo el tiempo para poder tenerla en ese estado».

El hecho terminó con un rescate exitoso, pero no se avanzó en ese momento para ingresar al lugar y ver si había más chicas en esa situación: «lograron rescatarla, la metieron con un hermano de la chica dentro del auto. Era una persona que ya prácticamente la desconocía por el estado en que estaba, en muy mal estado de nutrición, esta chica no hubiera soportado mucho más. No es el único caso que me vienen comentando que está sucediendo en la ciudad de Mar del Plata. De hecho me están informando que hoy van a buscar encadenarse varias madres juntamente con ellas, por este tipo de cosas, para visibilizar lo que está pasando en esa ciudad».

Hasta el momento, se dio con una persona acusada del hecho Gabriel Sánchez, un hombre de 30 años acusado de ser el cabecilla de la organización que funciona en Mar del Plata. «Pareciera una novela policial, algo fantástico, pero sucedió de esa manera. La abuela, al no conseguir ayuda, tuvo que hacer todo ese despliegue para poder rescatar a la niña. Eso que hablamos a veces del mito de la camioneta blanca. La mayoría de las camionetas de este tipo son blancas, dejemos de hablar del mito urbano. A ella la metieron dentro de la camioneta, la llevaron, la sometieron y su abuela tardó 21 días en rescatarla ella misma, porque la policía no lo hizo», remarcó Tripolone.

Todavía no pudieron intervenir formalmente en la causa, pero supone que pronto lo harán para tener aún más detalles. «Empezamos a ver que estamos frente a un tema muy delicado y queríamos lograr que se expusiera para que se tomara conciencia de lo que estaba ocurriendo en esa ciudad con respecto al tema de la trata de personas. Recién ahora nos vamos a presentar como corresponde. Lo hablamos un montón este tema, salir y exponerlo, pero ni siquiera la custodia le está funcionando. Recibe amenazas todo el tiempo. La abuela está en una situación de extrema vulnerabilidad. Estas organizaciones criminales hacen tarea de inteligencia, no se llevan a cualquier persona, ella sale a cartonear, pero está a las 24 horas con la hija. No puede hacer nada», agregó.

Lo que dejó en claro el letrado es que hay todo un sistema que ha permitido que una persona sea prostituida y sólo un detenido parece absurdo: «es lo que venimos advirtiendo desde un primer momento: la connivencia política, judicial de algunos sectores, porque esto primero pasó por la justicia ordinaria, y además policial. Recordemos que tenemos preso al ex Jefe Departamental de íntima vinculación con las actividades que realizaba este sujeto. No es extrañar que esto pase. Hay una línea de corrupción extrema y si hay una investigación como corresponde, la verdad es que no sabemos hasta dónde va a llegar. Son muchas personas involucradas y tenemos un solo detenido en una organización criminal dedicada a esto. Llama poderosamente la atención».

Incluso al momento en que la abuela y el hermano de la joven secuestrada llegaron al edificio, vieron que había mucha gente de la que hoy no se sabe nada: «el lugar estaba lleno. Aparte de que, como ya sabemos, era frecuentado bastante por uniformados de la policía de Mar del Plata. La señora no fue acompañada por un comisario, fue acompañada por gente de la DDI de Mar del Plata, pero no hacer un allanamiento, sino a golpear las manos a ver si estaba porque la abuela estaba desesperadísima. Fue a la comisaría, no le tomaron la denuncia, le dijeron esto es una cuestión de una chica rebelde que se fue de la casa, no se la quisieron tomar. De ahí fue a la DDI, se plantó firme, entonces la acompañaron a golpear las manos. En eso es cuando ella, que sabiendo que estaba en este lugar, logra ver a la chiquita, la meten dentro de la camioneta y se va del lugar. Ella no tomó más contacto con gente de la DDI, ni sabía cómo estaba el asunto. Después se trabajó, pasó a la justicia federal, se hicieron los allanamientos y la detención de ese sujeto. Pero el lugar era estaba lleno de gente, rescataron a otra menor de 16 años y hay otras más que no se sabe qué pasó, dónde la trasladaron», completó Tripolone.

Otros casos

Si bien esta historia conmociona por la valentía de esta mujer que se hizo cargo de rescatar a su nieta cuando nadie la ayudaba, no es la primera vez que en Mar del Plata se descubren redes de trata y prostitución.

El 15 de enero de 2018 —sí, hace ya seis años— «se decretó el procesamiento de Juan Almada, Facundo Nefi, Marcio Liberatore, Oscar Papandrea, Eduardo Di Marco, Diego Barral, Mario Valentini, Juan Carlos Pacheco y Nicolás Ortalli, por haberlos considerado penalmente responsables del delito de trata de personas bajo la modalidad de captación y acogimiento con fines de explotación sexual».

En esta causa, se descubrió una red de trata que operaba principalmente en un edificio ubicado en Santa Fe 2147, donde varios departamentos eran utilizados como espacios para el ejercicio de la prostitución. Allí, fueron rescatadas varias mujeres que «por las circunstancias relatadas […] resultan víctimas del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, en tanto las actividades desplegadas por los imputados, en aprovechamiento de sus situaciones de vulnerabilidad, limitaron severamente su autodeterminación y su posibilidad de elegir otra opción, que no fuera la de permanecer en situación de prostitución, debiendo relegar el 50 por ciento de lo percibido por cada contacto sexual, así como cifras altísimas por los alquileres, la publicidad, etc., según el caso. Pues, una vez captadas bajo las directivas de los encartados, ellas debían someterse al estricto cumplimiento de las pautas impuestas como obligatorias y eran adoctrinadas sobre las condiciones en las cuales se llevaría a cabo la actividad en el lugar…».

Las pruebas en esta causa son innumerables: escuchas, testimonios, cientos de folletos, registros al respecto de los movimientos necesarios para la administración de estos espacios, etc. La red operaba con absoluta impunidad porque tenían protección policial: las coimas eran parte de los «gastos» que les cobraban a las mujeres que captaban.

Sin embargo, a pesar de la contundencia de la evidencia recolectada, esta causa aún no fue elevada a juicio.

¿Vínculos oscuros?

Resulta muy llamativo que, en el primero de los casos, el juez Inchausti haya detenido sólo a una persona. Tal como relata la abuela de la víctima, la captora —la mujer que engañó a la muchacha haciéndole creer que le iba a comprar ropa— aún está en libertad: «Tengo a la captora a siete cuadras que vive con el novio».Nada se sabe de otros integrantes de la banda, o cuál fue la suerte de las otras víctimas. Por otro lado, la banda que operaba en la calle Santa Fe sigue aguardando el juicio de manera inexplicable, porque el fiscal no mueve la causa.

¿A qué se debe tanta ineficiencia? ¿Será incapacidad? ¿O estará operando aquí una red de impunidad, como denuncia el abogado Tripolone?

Un dato de color: el principal imputado en la causa de la calle Santa Fe, es Juan Pablo Almada Díaz. Ahora bien, según nos reveló una fuente, el jardinero que trabajaba para el fiscal general Daniel Adler, se llamaba exactamente igual.

Debe ser casualidad, ¿no?