El negocio de los pobres | Un asentamiento de personas crece debajo del muelle de Luro y la costa en el inicio mismo de la temporada. Ningún estamento del Estado parece tomar cartas en el asunto, y llaman la atención la desidia y el silencio. Un peligro para todos que esconde un misterio.
El muelle de Pescadores ha sido la postal de publicidades de Mar del Plata, la foto obligada, un ícono paradigmático de la actividad turística estival. Lo fue, pero ahora es ni más ni menos que la sede de una especie de ranchada carcelaria, un sitio donde conviven precariamente unas 35 personas, que podrían ser las familias de cuidacoches de la zona, aunque nadie lo afirma con convicción. Sí en cambio afirman los testigosque hay un principal, un capanga que ejerce el poder de mando, que ha mostrado armas de fuego, e incluso amenazó a quienes le han preguntado algo. La policía no interviene, la municipalidad tampoco, y la Dirección de Zoonosis se limita a ver si sus perros tienen rabia. ¿Qué está pasando acá?
Las denuncias están hechas desde julio, desde que esas personas comenzaron a ocupar el lugar. Pero lógicamente, la situación ha empeorado con la llegada del verano, ya que, según se dice, comienzael reparto de las zonas aledañas a cargo de los trapitos.
Las declaraciones de Ricardo, el tradicional guardavidas de la playa de esa zona, que lleva treinta años en su puesto, testimonian que estas personas literalmente se adueñaron del lugar, y que hubo amenazas:“se engancharon dela luz porque bajaron las térmicas”.Por supuesto que cada vez que se plantea la situación a un funcionario público, del orden de lo político o de las fuerzas policiales, todo el mundo actúa como si acabara de enterar. Pero a nadie escapa que el asentamiento está a la vista de todo el mundo, y que no es posible que no lo hayan visto. ¿Qué oscuras razones hacen que nadie encuentre una solución para un campamento irregular, peligroso, que además afecta los derechos de menores, porque residen allí niños, e incluso un bebé recién nacido? No hay nadie que haga nada.
Aseguran que la policía del Destacamento Casino sabe de la situación, y también la Policía Departamental, porque los vecinos afectados no paran de hacer denuncias. Pero nadie aparece. Ricardo afirma: “Nosotros hasta se lo comunicamos a Inspección General, y nos dijeron que iba a haber un operativo pero no sucedió, y cada vez son máslos residentes que intimidan ala gente”.
Es por eso que las personas de la zona están planeando poner en práctica una medida ciudadana, precisamente porque nadie interviene. Porque creen que alguien está manejando un negocio sobre el universo de miseria de un montón de personas.Dice Ricardo: ”Me llama la atención que sea la primera vez que no interviene la policía. Porque siempre que sucedió que se instaló un asentamiento, se hicieron operativos y se solucionó. Así se supo que era toda gente con antecedentes, y no personas en situación de calle”.Pero según relata, ahora llega la policía de Casinos, baja al lugar, se termina dando la mano con el mandamás, y yéndose sin más cuestiones. ¿Cómo se arregla?
Los perros
Claro que no es solamente el asentamiento. Ha habido ademásun problema con los perros que tienen estas personas: varios animales que han mordido a quienes estaban en las playas de la zona. La gente del barrio está atemorizada por amenazas que han recibido, y afirman que además los habitantes del asentamiento poseen armas y causan incidentes constantes.Todo un grupo organizado en el centro de Mar del Plata, y según explica el denunciante, “los policías te dicen que no pueden hacer nada“.
Ricardo explicó que más allá de lo irregular de la situación, el mayor problema es que todos los vecinos se sienten amenazados: “nosotros vivimos con mucho temor, porque han amenazado con armas, se adueñaron del lugar. Hace cosa de tres días rompieron la parte donde está la luz del puente, bajaron las térmicas y están enganchados de la luz y el agua del puente, amenazaron con armas al cuidador que fue a ver qué era lo que estaba pasando, y así a cada uno que se acerca lo amenazan“.
También hubo situaciones con perros durante noviembre, desde que empezó el operativo de guardavidas. Resultó que 7 u 8 personas fueron mordidas por perros, razón por la cual se hizo el informe correspondiente. Ricardo lo elevó al Departamento de Guardavidas, quienes se ocuparon de dar la información pertinente a la Dirección de Zoonosis. Pero según nos relata, en ese momento vino la policía junto con los empleados especializados, se llevaron tres o cuatro perros, y alos pocos días los devolvieron. Entonces se excusaron diciendo que los tenían que devolver porque “eran los dueños y era tenencia responsable“.
¿Cómo es posible esta locura? Si hay perros que muerden en la vía pública,¿cuál es el criterio de la tenencia responsable?Uno de los líderes está identificado por los vecinos, está allí consu mujer y sus hijas, y se pasea con un perrito en el hombro. Imposible no verlo.
Por supuesto que no es ese el único riesgo. En las paredes del muelle hay peligro de derrumbe, incluso en un momento se cayó una pared, y no hubo ninguna víctima precisamente porque no había nadie en el lugar.
La titular de Zoonosis habló sobre la situación de la gente que está viviendo bajo el Muelle de los Pescadores, y sólo dijoque en su momento se hizo un operativo al respecto de los perros que tienen allí, pero que luego de eso no volvieron a recibir denuncias formales. Fin del asunto.
Los responsables
A raíz de la denuncia de Ricardo, la 99.9 se comunicó con Patricia Hollman, la veterinaria titular de la Dirección de Zoonosis. Ella participó del operativo que se realizó en el Muelle de los Pescadores: retiraron los perros que ocasionaron mordidas e incidentes, pero poco tiempo después, los devolvieron al lugar. Sobre ello, Hollman explicó: “se hizo la observación antirrábica de los animales y después hubo una declaración jurada firmada por estas personas de que los iban a llevar a otro lugar. Hasta ahora no nos ha llegado ninguna otra denuncia al respecto, ni información de que hubiera habido otra mordedura tampoco, pero intentaremos indagar cómo están las cosas”.
Está diciendo que esas personas que viven en situación precaria debajo de un muelle, con colchones amontonados y un cable de luz robado, les dieron un domicilio, les aseguraron que se llevarían los animales a ese lugar, y ellos les creyeron. Y lo que es peor, jamás volvieron a comprobar que esa declaración jurada se hubiera hecho efectiva. “Indagaremos y volveremos a trabajar”, dice Hollman, “si hay alguien mordido, que lo denuncie por los canales habituales”. Pero entonces nos preguntamos si resulta correcto que la Dirección de Zoonosis se haya contentado con comprobar que no tenían rabia, como si el hecho de que los animales agredan a las personas no fuera suficiente para considerarlos peligrosos. Pero peligrosos hoy mismo, cuando es evidente que el riesgo no puede correrse ni un solo día. “Hay un problema más grave, que es la ubicación de la gente. Si se solucionara este tema, se solucionaría lo de los perros”, explica la funcionaria. Sí doctora, lo sabemos.
Por el momento, la veterinaria asegura que vio por sí misma la situación irregular en la que viven esas personas, pero que consideró que era algo que excedía su dominio: “Nosotros retiramos los perros que estaban implicados en las mordeduras y las molestias, pero desconozco qué sucedió a posteriori con las personas. Sí, había personas con niños, lo vi”.Aseguró que fue hace alrededor de dos meses. y que se dijo que esa situación iba a ser evaluada por Desarrollo Social: “Fue un tema que se comentó, y que se dijo que iba a intervenir Desarrollo Social. Ahí intervino la Secretaría de Seguridad, y la Secretaría de Inspección General, hubo dos entidades que eran las que habían organizado el operativo, nosotros íbamos solamente a retirar los animales que habían ocasionado molestias. Ellos eran los encargados de organizar el operativo y de comunicarlo, así que realmente no sé cómo se siguió desarrollando el tema“.
¿Qué hacemos con los pobres entonces? Nos sacamos fotos, como quien va al zoológico. Como ha hecho el obispo, cuya oficina de prensa se encargó de repartir, con gacetilla incluida, las fotos de su visita al basural, poniéndose en la posición de un candidato en campaña. Vergonzoso. Monseñor Gabriel Mestre visitó el basural de Mar del Plata, y dijo estar compartiendo la tarea junto a la pastoral de la Iglesia del Padre Pío:“Llevando agua y vasitos para convidar, pudo acercarse a los que allí trabajan y bendecirlos. Como lo hizo con el hospital Interzonal y en la cárcel de mujeres; el obispo quiso acercarse en esta Navidad a los pobres, necesitados y olvidados y lo hizo en el marco del trabajo y la tarea de la pastoral católica del basural”, reza la gacetilla que lo difunde. No parece adecuado a un miembro de la Iglesia.
Con la cita textual de la oficina de prensa del Obispado, continúa: “La pastoral del basural tiene presencia estable a lo largo de la semana, y busca acompañar esta situación de marginalidad extrema de los hermanos que menudean en el ámbito del gran basural de la ciudad. La Navidad adquiere sentido justamente si somos capaces de estar más cerca del corazón, por la fuerza de Dios, del hermano que más sufre y es el más necesitado. La realidad del basural reclama, no sólo en Navidad, sino siempre la presencia de los cristianos católicos, destacó el pastor de la Iglesia Católica de Mar del Plata”. El problema es que se saca fotos y hace campaña.
Seguimos igual. Presididos por la indolencia y la irresponsabilidad de llevarle “vasitos” a niños que viven en un basural, o tomarles una “declaración jurada” a los que habitan bajo un puente, sin que nadie se ocupe de llegar a saber a ciencia cierta quién se beneficia de la miseria extrema. Bienvenidos a La Feliz.