Consejo Escolar | La feroz interna de Cambiemos se trasladó ahora al edificio del Consejo Escolar de General Pueyrredon. Los jóvenes políticos que llegaron envalentonados por la intervención no conocen el oficio, y las plagas avanzan sobre los edificios escolares, que pronto serán criaderos de roedores. Ni siquiera quieren enterarse de los reclamos, porque están muy ocupados.
La situación del Consejo Escolar en Mar del Plata es por lo menos delicada. A mediados del mes pasado llegó a la ciudad una intervención provincial de hecho, disfrazada bajo la extraña figura de la advocación.
Lo llamativo es que los implicados persisten en el silencio. Nadie de Cambiemos alza la voz: los únicos que se han hecho escuchar son los consejeros escolares de Unidad Ciudadana, que sí se preguntan insistentemente acerca de cuáles son las razones que han justificado esta medida extrema. Pero más grave aún, con la sospecha de que estas personas que han tomado la espada justiciera estén calificadas para mejorar las cosas. ¿Será?
Claudia Freije es una de las consejeras por Unidad Ciudadana, y habló recientemente en la 99.9 sobre la figura política que está al mando en esta etapa: “cuando se produjo la intervención, vino Marcelo Di Mario, que es el director provincial de Consejos Escolares, para hacerlo. Ahí preguntamos por qué era una advocación, y no intervención. Me dijo que era lo mismo, pero que la ley decía advocación. Según la resolución que nos hicieron firmar, toman la ley provincial que en uno de los artículos, el 177, le da la posibilidad al Ministro de Educación de utilizar esta figura ante irregularidades en algún distrito”.
La consejera calificó la resolución de “flojita”, porque no quedaba claro cuál era el estado en el que se encontraba el distrito —que además es el segundo más grande de la provincia— para justificar la intervención: “lo que llama la atención es que hay otros distritos, como el de Moreno, que está intervenido hace 6 meses y la renovaron por 6 meses más. Ahí había 19 escuelas sin clases, pero acá todos los servicios educativos estaban funcionando. Otra cosa llamativa es que en este distrito tenemos las auditorías, y ellos indican que el Consejo Escolar no ha tenido en cuenta las recomendaciones de las mismas. Pero lo que cuenta para el funcionamiento del Consejo es lo que determina el Tribunal de Cuentas. A una semana de haber intervenido, llegó de La Plata el informe final del Tribunal de Cuentas sobre el ejercicio 2016 aprobado”, puntualizó Freije.
La realidad
La consejera expone que las dificultades edilicias de Mar del Plata existen, y que es verdad que cuando llueve aquí se suspende la actividad a la fuerza en muchas instituciones educativas porque los techos ceden, los desagües no funcionan y hay filtraciones por todos lados. Pero lo cierto es que —aunque sea gracias al esfuerzo de las comunidades y los equipos docentes— las escuelas han continuado funcionando.
Es entonces cuando concluye que, mal que nos pese, el ingrediente político ha sido relevante a la hora de tomar una decisión en esta ciudad, cuyo Consejo, a estas alturas, tiene cada vez más olor a coto de caza.
Pero según Freije, desde que asumió la tesorería Claudia Piccolo, referente del radicalismo, e indicó públicamente que había irregularidades, elaboró un informe que terminó en la actual situación: “esto es una interna de Cambiemos; tienen 6 consejeros en el bloque y tienen diferencias importantes, lo que se notaba en las sesiones y también en la presidencia, cuando se cambió. El informe de Píccolo tiene que ver con ciertas cosas que encontró y salió a decir a los medios, aunque no sabemos con qué respaldo político”, dijo la consejera de Unidad Ciudadana.
Lo que les preocupa es que se estén llevando adelante acciones sin control, porque quienes están interviniendo no son los que están todo el día trabajando, según concluyó Freije: “esta intervención ha venido por otra cosa. Hay que resolver problemas en escuelas todos los días. Hay dos o tres funcionarios que vienen una o dos veces por semana, y los que quedan acá no saben nada porque les preguntan a los empleados cómo se hace un expediente. No tienen idea de lo que están haciendo”, sentenció.
Recordemos que hace un tiempo, el subsecretario de Educación, Sergio Siciliano, y el director provincial de Consejos Escolares, Marcelo Di Mario, señalaron que la medida surgió tras haberse detectado mediante una auditoría una serie de irregularidades en las empresas proveedoras de servicios de transporte, infraestructura y alimentos. “Esta medida no es una medida sencilla ni agradable de tomar; priorizamos a los alumnos y docentes que están en las escuelas”, señaló Siciliano, y aseguró que la Provincia volcaría recursos humanos, económicos y administrativos para que la gestión del Consejo Escolar se volviera eficiente. Dijeron que la medida tendría un plazo de 180 días, y estaría a cargo del director provincial de Gestión Educativa, Roberto Angrisani.
Según aseguraban ellos, la auditoría había dejado al descubierto mucho: “hay algunas situaciones administrativas que queremos investigar, que queremos transparentar y queremos resolver sin caer en situaciones o rehenes de algunos proveedores y empresas que vienen ejerciendo hace muchos años un servicio o un mal servicio a los establecimientos educativos de Mar del Plata”. Nadie se lo creyó.
Encima
Para colmo de males, se ha sabido que el bloque de Consejeros Escolares de Unidad Ciudadana se presentó ante el equipo Interventor de la Provincia para hacer entrega de documentación oficial correspondiente a sus comisiones, pero no tuvieron éxito. Llegaron acompañados por un escribano y por el abogado José Luis Zerillo, quienes tuvieron la misión de dejar constancia fehaciente de que Roberto Angrisani se negaba a recibir la documentación pertinente, que tenía bastante que ver con su función.
La documentación que trataban de entregar se refería precisamente a los problemas denunciados por las escuelas, como por ejemplo los pedidos por control de plagas, las limpiezas de tanques de agua o la reparación de los sistemas de calefacción en una ciudad helada, que quizá ellos desconozcan, pero conocerán en cuanto las temperaturas se vuelvan normales para la fecha: en el mes de julio, las clases se suspenden si no funciona la calefacción.
También había solicitudes por servicio de transporte de todas las escuelas del distrito, y las licencias médicas para los trabajadores auxiliares. En definitiva, se negaron a recibir documentación que resulta imprescindible para dar una respuesta a las demandas de las escuelas de este enorme distrito.
Según parece, el interventor no sólo no quiso recibir las solicitudes, sino que también se negó a firmar el acta notarial resultante, y a responder cualquier pregunta relacionada al funcionamiento del Consejo Escolar en el marco de la intervención. En aquel ámbito, todos los empleados afirman que se trata de una gestión improvisada por parte de las autoridades provinciales, que están dando un mensaje político pero no institucional: no saben qué están haciendo.
Por el momento, se clausuraron las instancias de discusión, como las comisiones y las sesiones plenarias, y los consejeros escolares se encuentran desplazados de sus funciones, dejando al Consejo Escolar vacío. Los representantes de Unidad Ciudadana han tomado la posta de denunciar la grave situación institucional que afecta a los 222 edificios escolares, hoy verdaderos rehenes de la interna del oficialismo, ya que nadie está atendiendo las demandas diarias.
Según afirma Freije, el primer problema son las ratas. Los hijos de los marplatenses concurren a escuelas llenas de ratas que nadie combate, porque los políticos se están peleando por su tajada en el edificio de Colón y Juncal. ¿Lo puede creer?