Los descuartizadores

No se trata de algún asesino serial de la Londres de mediados del siglo XIX, sino de Homero, Nicolás y Axel, los marxistas que pretenden descuartizar el sistema de salud privado para que el Estado «lo absorba todo».

Como si de una broma de mal gusto se tratara, terminó hace horas el Congreso Provincial de Salud que se desarrolló en Mar del Plata. Sí, en la misma ciudad donde 150 mil afiliados a IOMA hace meses que están protestando porque la gestión de Axel Kicillof, Nicolás Kreplak y Homero Giles los dejó prácticamente sin cobertura. Continuando con la construcción del relato kirchnerista, organizan eventos y reinaguran resonadores haciendo el acting de que la salud les importa mientras el HIGA se cae a pedazos y los afiliados a la obra social provincial no reciben los medicamentos que necesitan desesperadamente ni tienen quién los atienda.

Contra los privados

Según el senador provincial Alejandro Rabinovich, estas acciones responden a un plan concreto cuyo objetivo es poner de rodillas a todo el sistema privado de salud para poder absorberlo todo desde el Estado. ¿Para qué? Rabinovich no lo dijo, pero se puede conjeturar que la intención es poder acceder así a una nueva plétora de conchabos y negociados autosatisfactivos como los que han armado en todas las instancias del gobierno provincial.

En una entrevista brindada a la FM 99.9, el legislador se refirió a la presentación de cuatro proyectos para la creación de nuevas áreas vinculadas a la salud por parte del gobernador Axel Kicillof, que no dudó de tildarlo de «una puesta en escena que busca tomar la cuestión de la salud como un tema central. Uno ve un hilo conductor en los últimos años porque no creen en el sistema privado ni el de obras sociales, dijeron muchas veces que el Estado debe absorberlo todo. Lo que están haciendo ahora es una puesta en escena donde indican que discutirán cuestiones sanitarias y profesionales, pero lo que hace es llevarse puesto al sistema de salud que es lo que siempre intentaron desde el Instituto Patria».

Incluso señaló que hay todo un camino armado para hacer ver algo que no está sucediendo: «lo construyen primero a partir de la famosa película de como el estado se tuvo que hacer cargo de todo. Luego enviaron a la legislatura cuatro proyectos, la creación de cuatro agencias nuevas donde sobredimensionan el estado y manotean al privado diciendo “nosotros nos ocupamos de la salud”. Con este contexto, creen que el tema IOMA es menor, como toda visión marxista quieren una discusión más profunda de la salud latinoamericana y demás. Hay muchos que se prestan por inocencia y otros para hacerles el caldo gordo».

También dejó en claro Rabinovich que el problema de IOMA no está sólo en Mar del Plata como indicó Nicolás Kreplak en declaraciones públicas: «primero tienen que poner sobre la mesa que es un inútil en lo que le toca, porque IOMA está descuartizada y la gente no puede atenderse. Tenemos cientos de mails con un montón de problemas en el interior y el conurbano. Ahora dicen que es un problema de Mar del Plata y por eso parece que quieren abandonarla. Hay 150 mil afiliados en la ciudad y no vamos a acompañar las presentaciones nuevas de Kicillof porque primero queremos que se solucione el tema IOMA».

La hipocresía al palo

Rabinovich hace referencia a las declaraciones de Kreplak en el marco de la realización del Congreso Provincial de Salud, durante las cuales dijo —palabras más, palabras menos— que la situación de IOMA está perfecta, y que el problema en Mar del Plata es que las tres clínicas más importantes decidieron cortar el convenio.

El relato del ministro de Salud, sin embargo, no puede explicar los casos gravísimos que se están dando en la ciudad, con pacientes oncológicos que no consiguen la mediación, por ejemplo, tal como denunció, en una entrevista en la FM 99.9, Lourdes Baliña.

«Mi mamá tiene 53 años y pacede cáncer de pulmón, está en tratamiento oncológico. Comenzó su tratamiento el 12 de abril de 2023 pero para comenzarlo, ya tuvimos que poner un recurso de amparo en marzo para que le dieran la medicación en abril. Por cuatro meses le entregaron bien la medicación. Le hicieron estudios para ver si estaba funcionando el tratamiento. Por indicaciones médicas dejó el tratamiento un mes y como vieron que estaba funcionando bien, se decidió que continúe. Ahí es donde comenzó el problema de nuevo», contó.

A partir de ese momento, empezó a demorarse cada vez más la entrega del medicamento que debe ser mensual para tener un tratamiento como el médico indicó: «el 5 de octubre ella comenzó con la medicación y cuando la termina ese mes, IOMA empezó a tardar. Primero tardó tres días, el 6 de noviembre reinició el tratamiento y ahí tardaron 14 días en darle la medicación. El 19 de diciembre cuando termina la caja, ya tardaron 28 días en entregar la medicación. Un mes completo sin tratamiento. El 14 de febrero, le entregaron la medicación después de 28 días, la terminó el 14 de marzo y ahora está sin medicación de nuevo».

Ese primer período de tres días no era un problema, pero interrumpir el tratamiento un mes completo obviamente hace que pierda el efecto deseado: «no puede seguir estando sin medicación. El trámite de renovación lo empecé el 20 de febrero y hoy, a 20 de marzo, todavía no tiene la medicación. Es cara porque no hace quimioterapia ni rayos, es inmunoterapia, algo relativamente nuevo con pastillas; pero IOMA está cortando el tratamiento. En Mar del Plata, me atienden muy bien pero me dicen que esperan la respuesta desde La Plata. La medicación está en compra y suministro hace dos semanas».

IOMA además, no le da ningún tipo de cobertura en los estudios que se están realizando por lo que tienen una obra social prácticamente testimonial: «a mi mamá este mes le descontaron casi 83 mil pesos y tenemos que pagar cuando va a hacerse controles, todos los estudios que realizamos también lo pagamos. IOMA tendría que estar cubriendo el tratamiento y cumplir en tiempo y forma».

¿Qué tiene que ver que las principales clínicas de la ciudad hayan interrumpido el convenio, con la entrega de estos medicamentos? Nada. Pero Kreplak y Kicillof continúan impulsando un relato falaz mientras la plata que el IOMA les descuenta a los afiliados se utiliza para pagar vaya uno a saber qué.

A este respecto se expresaba en otra entrevista Rubén Pereyra, quien es afiliado de IOMA: «cuando nos juntamos todos los políticos hablan muy lindo pero le dijimos que tienen que legislar. No puede ser que los aportes de la gente vayan primero a la caja del gobernador y luego hace dos escalas más antes de llegar a IOMA, imaginense todo lo que queda en el camino. Kicillof puso al frente a su amigo Homero Giles pero tan giles no son porque se llevan un sueldo importante».

Lejos del relato de Kreplak y Kicillof, que pretenden instalar que en el único lugar de la provincia donde hay problemas con IOMA es en Mar del Plata, Pereyra aseguró: «Homero Giles debería haber renunciado hace mucho tiempo. No ha ido a ninguno de los lugares que está muy complicado. Gran parte de la provincia de Buenos Aires está en la misma condición que nosotros. Estos señores destruyeron todo y siguen en el poder. Alguien tiene que tomar nota».

A principios del mes de marzo, el senador provincial Ariel Bordaisco también daba cuenta de lo exasperante de la situación: «la gente se cansa de no tener respuesta, va a la justicia, se dicta una resolución y tampoco la cumplen. Mientras tanto, a la gente le siguen descontando el dinero de la obra social. Es una situación muy acuciante para todo el mundo y la gente no sabe que hacer […] presentamos una emergencia para darle celeridad al tema y solucionarle a los bonaerenses, pero rechazaron todo. Parece que están esperando que muera gente. Están indefensas las personas de mayor vulnerabilidad y por culpa de ellos que se presentan como un gobierno que defiende a las personas más vulnerables».

A pesar de los reclamos, de las marchas, de las presentaciones judiciales y de los pedidos de declaración de emergencia en el senado provincial, Homero Giles, Nicolás Kreplak y Axel Kicillof no se hacen cargo de nada. Quieren hacerle creer a la gente que la culpa es de los privados, de tres instituciones que se cansaron de que no les den respuesta y decidieron terminar con los convenios.

De lo que todavía no se dan cuenta es que la gente no es estúpida, y no se puede tapar el sol con las manos.