Plantando bandera

Toma de tierras en El Marquesado: los grupos apropiadores de terrenos públicos que se instalan y corren el eje del debate primario: ¿por qué y para qué usurpan la propiedad privada?

Desde hace un par de semanas, la opinión pública se encuentra consustanciada con las tomas de tierras en General Pueyrredon. Dos grandes hechos sacudieron a la ciudad durante estos meses: la ocupación de predios en el barrio Las Heras y las 140 hectáreas pertenecientes a la Nación en el área cercana a Chapadmalal, que fueron cedidas por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) a un brazo del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), el cual se referencia con el dirigente Juan Grabois.

No se puede eludir un dato anterior —y ahora conexo— que requiere ser puesto debidamente en foco: desde hace unos años —tres, por lo menos— existe un desaforado interés por parte de sectores vinculados a organizaciones izquierdistas por instalar un mojón en la zona. Antes fueron los movimientos conservacionistas y pseudo mapuchistas alrededor de «El Calamar Loco – Residencias Cooperativas de Turismo», o el sector del balneario Luna Roja, o en una parte de la concesión a Manantiales en la capilla de Chapadmalal. Ahora, es el desembarco de movimientos sociales en las tierras de El Marquesado para realizar una experiencia agroecológica como caballo de Troya. Porque, lo que en realidad contextualiza el debate, es la conformación de un asentamiento periurbano, integrado por familias que supuestamente son del sector de quintas de la ciudad, pero en el que también se admite la llegada de personas del conurbano bonaerense.

En todos los casos, la metodología de base resulta similar: primero ocupar, y luego ver para qué y qué se pude hacer. O, dicho de otra manera: si me meto, no me saca nadie. En la mayoría de estos casos, oficialmente, no se conoce un proyecto escrito previo al ingreso de los ocupantes. Pero, en Mar del Plata, esa postura —que se está reiterando en diferentes ciudades de la Provincia de Buenos Aires— no les está resultando de éxito a los apropiadores.

En el caso más reciente, el de las toma de tierras en el barrio Las Heras, la comuna —con el concurso de la fiscalía interviniente— logró recuperar el terreno y restituirlo a sus propietarios en las condiciones previas a la ocupación. Y, en el caso de El Marquesado, la Municipalidad denunció la situación en la justicia federal en Buenos Aires. Fruto de esa acción, y del diálogo, se ha logrado reducir la conflictividad y colocar una guardia municipal para evitar enfrentamientos entre los ocupantes y los vecinos.

Sin embargo, el tema todavía no está solucionado, por lo que siguen las protestas. Porque —a diferencia de otras ocasiones— aquí la gente de Grabois sí tiene un documento —el de la AABE— que le entrega la custodia del predio, lo que puede modificar las cosas. 

Embarrando la cancha

Por estos días, tres facultades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) se pronunciaron a favor de que el MTE se quede en el lugar, con la expectativa de desplegar la custodia de las 140 hectáreas mientras se realiza el estudio para un eventual proyecto agroecológico y se instala unas 400 personas a vivir, buscando trabajar la tierra con posterioridad.

Dotado el tema de una pátina de pseudosocialismo, las facultades de Arquitectura, Urbanismo y Diseño; Humanidades; y Psicología, coincidieron públicamente en que el proyecto sería «oportunidad inmejorable» para la práctica de una agricultura responsable. Raro, ya que no lo entiende de la misma manera —por sólo dar un ejemplo— el presidente de la Asociación de Productores Frutihortícolas, Ricardo Velimirovich, de probada experiencia y respeto en el cordón frutihortícola del Partido de General Pueyrredon: entrevistado en la FM 99.9, dice que «no hay ninguna quinta en la zona de frente costero, porque ahí no hay oportunidades para producir. La salinidad excesiva del aire hace que las verduras de hoja se estropeen. En ese lugar no se puede hacer producción de verduras». Y recomienda, también, la opinión calificada de la gente del INTA para tener una mirada más concreta sobre el asunto.

¿En qué supuestos se basan quienes dicen que es una «oportunidad inmejorable»? Al menos se han dado a conocer tres: la producción y abastecimiento de productos saludables a los mercados regionales; la generación de nuevos empleos; el cuidado del recurso suelo. Enunciados que suenan bien pero no tienen respaldo científico, y ni siquiera técnico.

Otro elemento curioso es el silencio del rectorado, encabezado por el ex diputado provincial socialista Alfredo Lazzeretti, al que acompaña la abogada Silvia Berardo, radical del sector político que en la UCR responde al diputado provincial Maximiliano Abad. Con la falta de una comunicación concreta sobre el tema —cuando las facultades, en uso de su autonomía, ya se están expresando— el tándem de gestión universitaria sostiene, en la actualidad, las brasas de aquellos acuerdos incómodos que durante la época de la Alianza supieron construir el Movimiento Nacional Reformista (MNR) y la Franja Morada, tras décadas de rivalidades estudiantiles durante las décadas de los setenta, ochenta y hasta finales de los noventa. Ahora, el bien a preservar es la rosca de la UNMdP. Ni más ni menos.

Desarmando el relato

El diputado nacional Alberto Assef presentó una denuncia contra el titular de la AABE, Eduardo Albanese, la cual cayó en el juzgado federal de la Dra.María Romilda Servini de Cubría. Es por los delitos de abuso de autoridad, incompatibilidad con las funciones del funcionario público, administración fraudulenta y falsedad ideológica.

También en los micrófonos de la FM 99.9, Assef sostuvo que el trasfondo político de las tomas es conurbanizar las ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, como Mar del Plata. Que se trata de un «intento de cambiar la demografía y transformar a toda la provincia en un gran conurbano, sinónimo de pobreza, hacinamiento y carencias, donde, paradójicamente, las personas que lo sufren son votantes del oficialismo» en una perversa lógica de dependencia en la que, «cuanto menos reciben, más marginados y necesitados están, más los votan». Y agrega que «los ocupantes aducen haber recibido el predio porque existía una amenaza de intrusión, cuando la amenaza son ellos mismos».

En el mismo sentido, se expresó en la semana el secretario de Seguridad de la comuna, Martín Ferlauto, quien ante la audiencia de la FM 99.9 explicó lo que viene ocurriendo en la ciudad alrededor de las tomas. Y dijo que, por lo menos en la gran mayoría de los casos, se advierte una manera común de organización que se replica en diferentes casos, ya sea las tomas de tierras de Las Heras como en las de El Marquesado: «Es evidente que hay una organización detrás. Existe una manera de abordar el lugar, medios logísticos que se usan, autos, camionetas, hay un modus operandi. No sabemos si responde a una misma organización, pero será parte de la investigación. Las personas que tomaron el predio están imputadas de usurpación, por lo que el tema va a seguir en la justicia», indicó.

Un dispositivo muy desprolijo también es común en todos los hechos. En el caso de El Marquesado, la favorecida por la AABE «es una entidad de la que no se conocen sus actas, cuyo domicilio jurídico aparece en un kiosco y pertenece al esquema de poder de Grabois», describe Ferlauto. Esa misma entidad recibe de parte del Estado un predio de importante valor simbólico para la ciudad, frente a la línea de costa, y de manera prepotente se intenta ocupar con el desplazamiento de personas para asentarse y expresar posesión efectiva. Quizás ese también sea un argumento de peso en la denuncia de Assef contra Albanese.

El funcionario marplatense dice saber que existe una iniciativa de carácter privado para el sector, y afirma que desde la Municipalidad no están en desacuerdo con el tipo de ideas que se discuten alrededor de El Marquesado, pero entienden que ese no es el lugar para hacer quintas, menos cuando la zona se ha reposicionado, colocando a Mar del Plata en otro nivel ante la mirada y expectativa del turismo nacional e internacional. Sin embargo, a los ojos de la comuna, todo resulta demasiado complejo, porque los militantes del MTE tiene el respaldo jurídico de una custodia otorgada para la AABE. Tal vez eso sea otra de las fuentes de incertidumbre y ansiedad que se advierte en los vecinos del barrio.

Es la Constitución, idiotas

Como plantea Assef, en el fondo de la discusión se debate sobre el cumplimiento de la Constitución Nacional o su reforma de facto: «Si se cumple la Constitución, esta es liberal en su génesis, reconoce el derecho de propiedad y traza un rumbo de país diferente al que fuerzan los sectores ideológicamente dominantes en esta cuestión» resalta el diputado y advierte que las organizaciones sociales que usurpan o se apropian de las tierras «tienen el apoyo de un personaje peligrosísimo, ideológicamente no en lo electoral, por todos sus tentáculos de relaciones, que es Grabois. El pretende ser el neokirchnerismo. Es el que nació como líder de un movimiento social durante el gobierno de Macri haciéndose el amigo del Ministerio de Desarrollo Social, negociando» (sic).

Hoy es Mar del Plata, que se ha convertido en eje de la mirada nacional por lo que pasa en la zona de Chapadmalal. Mañana pueden ser otros municipios de la provincia. El punto central es qué tipo de proyecto de país es el que están diseñando los sectores vinculados a Grabois, con el acompañamiento político del oficialismo nacional, por fuera de las normas y la Constitución Nacional.

Argentina no merece ser reducida a la expresión de pobreza que el kirchnerismo intenta llevarla en su desvelado sueño de empobrecer para dominar.