La ciudad bajo agua. Los temporales de los últimos días volvieron a dejar diversas zonas de la ciudad bajo agua. Las denuncias dicen que OSSE no trabaja tan bien como se decía, y que los expertos en temas hídricos se tienen que callar a la fuerza. Algo pasa.
Los días en que se discutía si el dinero para paliar el problema de infraestructura de las escuelas de la ciudad debía o no salir de la caja de OSSE, no están tan lejos. En ese entonces, todo el mundo aportó información sobre cómo trabaja la empresa, y se deslizaron varios halagos que hicieron pensar en que Obras Sanitarias era la parte más sana de la gestión municipal.
Claro que la bonanza duró poco, y bastó con que la meteorología se ensañara con este partido, donde cayeron muchos milímetros de agua en poco tiempo, para que sobreviniera la cruel realidad: varias zonas de la ciudad, periféricas y no tanto, terminaron bajo agua. Literalmente bajo agua. A algunos barrios, la ayuda llegaba en botes de remos tripulados por voluntarios, que se hacían cargo de su propio riesgo. Otras zonas comerciales terminaban anegadas hasta el colmo, y otra vez se perdía la mercadería y los equipos de computación.
Frente a esto, la voz de alarma surge inevitablemente: ¿qué es lo que están haciendo en el esquema hídrico de desagües de la ciudad, que hace que no se pueda escurrir el agua que antes drenaba de manera natural?¿Qué es lo que no hicieron para solucionar problemas históricos?¿Qué es lo que están haciendo para que los ciudadanos de esta ciudad no terminen otra vez sepultados bajo un alud de agua y barro, en el mejor de los casos, porque en el peor es de aguas servidas?
Según han relatado a la emisora 99.9 los oyentes que llevan años de reclamos ante OSSE, quedaron atónitos cuando escucharon del prestigio y eficiencia de OSSE: “Sin duda hablan del que supo lograr antaño y viven del mismo gracias a la magra difusión que se hace de los abusos de OSSE con la ciudadanía de Mar del Plata”.
Según ha referido Hugo Carpineto, uno de los firmantes de denuncias, la cantidad de reclamos que lleva recibidos OSSE solamente durante este año es de medio millón, y obviamente se renueva año a año. Y lo dice harto de reclamar, ya que las referencias de los instrumentos que ha utilizado para agotar las vías administrativas antes de dirigirse a la justicia datan de nueve años atrás. Su problema con la empresa se ve reflejado ya en el acta de inspección 022866, firmada por el inspector Ricardo Herrera C.U.I.-C.I. 274 de marzo de 2005. Luego se presentó en la Defensoría del Pueblo de Mar del Plata, donde su actuación n°2599 fue dudosamente atendida por Cristian Azcona y luego por Ricci, y data del 18 de septiembre de 2006.
Las dos actuaciones administrativas del 2007 que figuran con pronto despacho permanecen sin respuesta. Y luego la denuncia ante OCABA, con n° de expediente 243618513/2010-0-1, del año 2010.
Pero como Carpineto no obtenía ninguna respuesta, ni de la empresa OSSE ni de la Defensoría local, se dirigió por fin a la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires, en enero de 2013, sin contar que dirigió nueve cartas al ingeniero Mario dell’Olio entre 2009 y 2014, también sin respuesta.
El denunciante no está pidiendo maravillas: refiere escuetamente que se trata de un caso de excrementos dentro de una casa, lo cual permite entender la desesperación, pero no la desidia con la que se lo trata. Agrega: “no dejó más posibilidad que ir a la Justicia e iniciar juicio, utilizando el recurso de prueba anticipada y con perito ingeniero oficial, que en sí sola expone la realidad de OSSE aplicable a miles de causas y vecinos. Estoy en el 10º año de graves problemas de un servicio público sanitario, y ante un nivel de desidia e impunidad de nuestras autoridades que resulta insoportable”.
Ha dudado entre convocar a los medios al lugar, creyendo que quizá OSSE intervendría, o definitivamente mudarse de la casa, pero sabe que la situación se repetiría si se fuese, y su reclamo sería en vano.
Los expertos
Obviamente que el distrito no es un desierto, y hay personas sumamente capacitadas para casi todo. Entre otras cosas, para prevenir que el casco de la ciudad se convierta en un chiquero cada vez que llueve en pleno siglo XXI. La cuestión es saber si la actual gestión deja espacio para ejercer esos saberes irremplazables, es decir si está interesado en la prevención del anegamiento.
Personal calificado de OSSE presentó hace poco un informe sobre las razones de la inundación de Parque Hermoso, que incluye imágenes aéreas de las variaciones que ha tenido la zona en los últimos diez años. En ellas se puede observar el extraordinario aumento del número de invernáculos que ha habido en la zona rural. Por eso dice: “La generación de estos procesos productivos representa una acción hidráulica semejante a la de tapizar o pavimentar los campos. En el caso de Parque Hermoso, un área de 3,5 km2 pasó de menos de un 3% a un 20%.”
La imagen es muy gráfica: un campo “pavimentado”, donde las posibilidades de escurrir el agua es tres veces inferior a la que era. Esto quiere decir que a igual cantidad de agua caída, actualmente el volumen disponible para circular es casi un 40% mayor.
Por otra parte, indica en su informe, se debe considerar que estos cambios producen un incremento en la velocidad con la que el agua puede correr. Si bien este crecimiento de la velocidad puede cambiar, estimativamente se lo puede citar en un incremento del 20 al 40%. Estos dos efectos -el crecimiento del área impermeable y el incremento de la velocidad considerando un valor del 25%- significan un crecimiento del caudal de agua. Esto significa que con una misma tormenta, ahora circula un 75% más de agua que antes.
Pero el experto indica además que la actividad comercial de los invernaderos no está controlada por el Estado, es decir que cualquiera puede literalmente tapizar la parte del campo que se compre, aunque con eso inunde un barrio completo. Nadie en OSSE se ocupó de planificar las acciones de desagüe sobre la zona rural, que repercuten en los barrios periféricos.
Por supuesto que ahora, ante la leche derramada, el intendente Pulti y Mario dell’ Olio –presidente del directorio de OSSE- habrán comprendido que requieren un área específica que se encargue del problema. Pero, ¿querrán que el que sabe del tema esté allí? ¿Querrán que los expertos del área continúen señalando la irresponsabilidad con la que se ha actuado hasta ahora en cuestiones que tienen que ver con el planeamiento hídrico? Mal que les pese, es indispensable darle participación a alguien que haya estudiado hidráulica superficial urbana y rural.
Para peor
Pero es posible que los daños que se han hecho en la topografía de la ciudad, y de hecho han obstaculizado el drenaje natural de las aguas, continúen empeorando.
Previniendo daños mayores, el bloque de concejales de la UCR, a través de su presidente, Nicolás Maiorano, inició un expediente solicitando explicaciones a Gustavo Pulti sobre varios ítems en relación con predios del Parque Informático TIC Mar del Plata, la Escuela de Especialización Informática y el Parque Urbano de uso público Arroyo Corrientes, cuyo establecimiento se ordenó a través de la ordenanza 21478.
Parece que los terrenos fueron propuestos por la Secretaría de Planeamiento del Municipio, pero en los fundamentos de la norma, el intendente Gustavo Pulti explicó que el predio en cuestión se encuentra atravesado por el curso semipermanente del Arroyo Corrientes, lo cual constituye un aspecto de “relevante interés paisajístico”. Pero nada dijo sobre los estudios hídricos de lo que pasará con el agua del arroyo.
A diferencia de la propuesta que diera origen a esa norma, el Departamento Ejecutivo proyecta la construcción de un edificio que contendría el Centro de Incubación y Desarrollo de Empresas sobre el Arroyo Corrientes, de una superficie de 4500 m2, con una planta baja destinada a cafetería, restaurante y auditorio, más dos plantas superiores para oficinas y salas de reuniones.
La Ley Provincial 6253 establece zonas de conservación de los desagües naturales, que tendrán un ancho mínimo de cincuenta metros para cada lado de los ríos, arroyos y canales.
Maiorano subrayó: “La ley citada dispone que cuando se establezca la necesidad imprescindible de levantar la restricción en algún lugar de la zona de conservación de desagües naturales, deberán previamente efectuarse a criterio del Poder Ejecutivo provincial las obras necesarias para asegurar las condiciones de seguridad y sanidad; y prohíbe efectuar todo clase de construcciones a nivel inferior de las máximas inundaciones en las zonas de conservación de los desagües naturales, donde total o parcialmente se haya subdividido la tierra en lotes urbanos, y hasta tanto se habiliten obras que aseguren las mínimas condiciones de seguridad y sanidad”.
Pero parece que van a hacer lo que quieran. O lo que les convenga. Total, cuando a la gente le llega el agua al cuello, los que reman son voluntarios de diversas agrupaciones de la ciudad, y el intendente sigue diciendo que es una fatalidad de la meteorología.
Harán lo que quieran; total, si un propietario de la calle Juan B. Justo al 900 lleva tres años reclamando a OSSE porque le ingresan veinte centímetros de aguas servidas a sus locales, e inutilizan todo lo que hay en su interior. Y esto ya le sucedió en 10 o 12 oportunidades, en las que, obviamente, mercaderías y equipos apenas sirven para la basura. Total, si cada vez que este denunciante -Eduardo Villarreal- se dirige a OSSE, le dicen que le van a tomar el reclamo. Y nada más. Los supervisores le dicen que no les corresponde resolverlo, que es un caño roto, que en 72 horas le contestan el reclamo.
El hombre sigue con aguas de cloaca hasta la rodilla, y sus inquilinos le hacen juicio a él. Pero al Ejecutivo qué le importa quién quedará sepultado esta vez, si no va a responder por nada. Porque son los empleados de cuadrilla los que de vez en cuando van a “hacerle una gauchada” a Villarreal, y tiran una manguera en el interior de esa cochambre para intentar lavar un poco. Sepultados. Terminaremos sepultados en agua y barro. En el mejor de los casos.