No será el 2022 un año simple. A horas no más de su inicio, tremendos cortes de energía dejaron hasta por tres días a cientos de miles sin luz. El gobierno anunció que pondrá multas y apercibimientos a las distribuidoras por la falta de inversión. Son sólo anuncios.
Al asumir, el gobierno de Alberto Fernández congeló las tarifas eléctricas y de gas en respuesta a la supuesta «salvaje» política energética del gobierno anterior. Plancharon los proyectos de desarrollo de energías renovables y buscaron, mediante subsidios cruzados, llevarle «plata al bolsillo de la gente».
Con el peso —nuestra moneda— pulverizado en su valor en sólo dos años, el esquema de tarifas bajas como instrumento de política económica sólo agrava la situación que explotó en medio de un año que es clave. El 2022 marcará un antes y un después en nuestro país porque los debates sobre los cambios en el estado y ordenamiento de las cuentas públicas es comprendido de forma cada vez más simple por el ciudadano de a pie. No se trata sólo de las empresas públicas, sino del gasto ocioso improductivo que es generado por la mala praxis política.
Sin ir más lejos, está el caso de la Legislatura de la Provincia de Santa Fe, que quedó expuesto al conocerse que el senador provincial Luis Rúbeo se encontraba de vacaciones en Maldivas, un ejemplo del derroche fastuoso de dinero público a manos de unos pocos que constituyen, en los hechos, una nueva oligarquía. Los senadores de la provincia de Santa Fe reciben un sueldo de $400 mil mensuales, a lo que se suma un millón de pesos para asesores y de tres a cuatro millones para que administren en acciones de desarrollo social, de los cuales no hay ningún control real.
Todo esto, está siendo expuesto por primera vez de manera cruda en democracia. Una suma de temas que antes eran tabú, ya que se decía que, exponerlo, era ir en contra de la democracia y aumentar el riesgo de que hubiera un golpe de Estado. Liberados ya de ese temor, distintos dirigentes están yendo muy a fondo con este y otros debates que serán parte de la agenda pública y abierta para formar y elegir en 2023.
2022: el año que preanuncia el cambio en Argentina.