Por el momento, la negociación del mediador Daniel Pollack entre la Argentina y los fondos buitres está en un limbo plagado de interrogantes. Los funcionarios argentinos retornaron al país, aunque el ministro Axel Kicillof ha dicho que las conversaciones continuarán.
La Argentina, o, por decirlo más precisamente su gobierno, tiene mala prensa en este tema. Demasiada y tal vez indebida mala fama. La BBC se preguntó por la mala fama del país en los medios internacionales, señalando lo siguiente: “El país sudamericano parece estar nuevamente al borde de la cesación de pagos (o default) luego de que en EE.UU. el juez Thomas Griesa fallara en favor de grupos de acreedores privados que tienen bonos del Estado argentino. Los llamados holdouts, a los que la presidenta Cristina Fernández califica de “fondos buitre”, rechazaron la reestructuración de la deuda que emprendió el Gobierno de Buenos Aires en 2005 y 2010, y ahora reclaman el pago de la totalidad de sus préstamos: US$1.330 millones más intereses. En menos de una semana vence el plazo de gracia para que Argentina desembolse el dinero y, si no logra renegociar los términos en EE.UU., es posible que caiga en default.” De allí en más el artículo se pregunta si es la Argentina merecedora de su fama, y responde con datos ciertos subrayando que “antes del siglo XIX, los defaults se producían mayoritariamente por eventos extraordinarios como guerras y revoluciones. Pero a partir de entonces han estado más vinculados al manejo financiero”.
Los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, de la Universidad de Harvard, en EE.UU., se han dedicado a contabilizar los defaults de deudas soberanas (las declaradas por Estados) desde 1800 hasta la década de 2000. Rogoff y Reinhart han contabilizado unas 250 cesaciones de pagos en 200 años, es decir, un promedio de más de una por año, incluyendo la de 2001 en Argentina.
La conclusión de los investigadores de Harvard es que los defaults son inherentes a la economía global y no son tan raros y anormales como algunos países centrales, economistas ortodoxos y medios de comunicación quieren hacer parecer. En la reconstrucción de este espinoso tema, según estos historiadores económicos, se advierte claramente que en materia de default soberano, Argentina no impresiona como un incumplidor serial; que, más bien, lejos está de serlo.
Si se considera el default como una crisis de deuda externa producida por inestabilidad política, guerras y revoluciones, o bien por oleadas de crédito barato por un aumento especulativo de los préstamos, el peor deudor de la historia ha sido España, con 14 crisis relacionadas con compromisos financieros. Así se desprende de un ranking de países con más defaults desde el siglo XVI (o su independencia), elaborado a partir de datos compilados por Rogoff y Reinhart y otros investigadores, como el economista Miguel Ángel Boggiano, de la Universidad de San Andrés en Buenos Aires. El país ibérico encabeza la lista, mientras que Argentina figura bastante más abajo, con 7 eventos. Boggiano le subraya a BBC Mundo que incluso varios países latinoamericanos están más altos en la lista: Venezuela y Ecuador (con 11); Brasil (con 10), y Costa Rica, México, Perú y Chile (con 9). Un dato que bien vale la pena tener en cuenta a la hora de exponer sobre estos temas tan áridos y complejos, con tantas aristas de autoflagelación y baja estima.