Gustavo pintado de azul II

Enorme es la tensión política creada por la decisión del intendente de avanzar sobre los fondos de Obras Sanitarias Sociedad de Estado (OSSE) para compensar en algo la masa de dinero llegada al municipio para el sistema escolar pero utilizada para otros fines -el caso ilustrativo es el de la feria industrial de UCIP.- Este movimiento impropio de recursos es lo que José Reinaldo Cano define correctamente como malversación, y no sólo de tipo económico, sino que estamos ante una malversación sistemática de la realidad en nuestra ciudad. En particular, es muy fuerte la malversación en materia informativa, y subrayo la referida a temas vinculados a la inseguridad.
La derrota sufrida por AM fue atribuida esencialmente por Pulti al reclamo por seguridad, que cualquier encuesta ubica en el tope de la preocupación de los marplatenses, incluso por encima de la desocupación o la inflación. De ahí en más, el intendente decidió apropiarse del tema y ser el rostro de la solución del problema. Si lo hiciera bien y para el bien común, no habría nada que objetar. La cuestión es que no es así.
Pulti creó una Secretaría de Seguridad al frente de la cual puso a Adrián Alveolite, quien hoy tiene una imputación penal concreta por abuso de autoridad y dos causas en curso en las cuales es el primario a la hora de establecer responsabilidades cargosas. En apoyo a Alveolite, Pulti logró que se quitaran de Mar del Plata a funcionarios policiales de diverso rango y capacidad. Los integrantes de la fuerza ya saben que el que no se somete a las directivas del dúo Alveolite/Pulti, tiene destino de ser eyectado de esta ciudad.
Un ejemplo claro de la malversación de acontecimientos está dado por un procedimiento reciente realizado por la división de Drogas Peligrosas de la Policía Federal. La gacetilla municipal, publicada en la clásica rutina de corte y pegue por los medios aupados en la pauta pública, señalaba: “Una vez más, la dirección de Inteligencia de Drogas de la Policía Federal, y luego de una tarea de observación e investigación que llevó más de 45 días, se logró desbaratar una banda que se dedicaba a poner en riesgo la salud de todos los vecinos con la venta de drogas”. Adrián Alveolite, en su explicitación de la situación, agregó que la tarea conjunta de la Secretaría de Seguridad municipal y la Federal “había hecho posible este desbaratamiento”. ¿Cómo? La ley no habilita la intervención de los funcionarios municipales para tareas de investigación o seguimiento en cuestiones de narcotráfico. Para ello están los organismos naturales, los creados ex profeso, de natural competencia en el tema. Es decir, se viola la ley a diario y se presenta esta corrupción de lo que debe ser como una contribución casi heroica. Y está claro que no lo es.
Otra pieza de este accionar malicioso que hace de la mentira el instrumento diario de la malversación de los hechos es la declaración del actual jefe departamental Rodolfo Romano, quien ha señalado que a poco más de dos meses de su arribo a la ciudad, los índices de seguridad han mejorado notablemente. ¿Cuáles?, ¿comparados con qué período?, ¿en relación a qué delitos y en cuáles ámbitos de la ciudad? Romano, aplicado alumno mediático que sabe qué partitura hay que interpretar para estar en sintonía con la Intendencia, miente descaradamente y habla maravillas del Comando de Patrullas Comunitarias, que sin dudas constituye el bluff mayor. De 89 unidades que se necesitan mínimamente para cubrir las cuadriculas, hay 49 disponibles, en tanto que los vehículos presentados recientemente para el CPC fueron retirados de Mar del Plata por orden directa de Hugo Matzkin, quien estuvo en la ciudad intentando vanamente que Pulti lo recibiera.
Gustavo se pinta de azul y cree que así va a recuperar el electorado perdido. ¿Será la mentira más poderosa que la verdad? ¿Será la propaganda más poderosa que los hechos mismos? Un interrogante que sólo el electorado podrá responder.