La impericia de los actuales gobernantes lleva al economista Carlos Melconian a señalar que «el gobierno debería ser de transición de aquí al 2023». En un mundo que clama por energía y alimentos, nuestra nación se ve envuelta en juegos de poder de baja estofa, que todo lo complican.
Las políticas energéticas del gobierno de Mauricio Macri permitieron que la Argenina dejara de ser un importador neto de energía para pasar a convertirse en un exportador incipiente del hoy preciado GNL. Al cierre de su gestión, en 2019, se exportó gas desde Bahía Blanca y estaba todo listo para licitar el gasoducto que uniría Vaca Muerta con Salliquello, en la provincia de Buenos Aires, cerrando así el ciclo de importación de gas.
Lejos de eso, el gobierno de AF hizo caer la licitación —que sería financiada por privados— y volvió a adquirir gas en el extranjero, con la consecuente pérdida de divisas que ello implica. Hoy está todo envuelto en dimes y diretes de corrupción que provocaron la eyección de uno de los ministros más leales al presidente, un vodeviles que, con capítulo judicial abierto, complica aún más la posibilidad de llegar a resolver el problema en medio de una aguda restricción de los recursos monetarios.
Lo que acontece con el gasoil, sería increíble si no fuera cierto. La falta de este combustible preocupa a los productores agropecuarios y complica el avance de la cosecha en gran parte del país. Las provincias de Tucumán, Jujuy, Salta, Formosa, Misiones, Corrientes y Entre Ríos son las que presentan mayores dificultades al respecto, según informó la Federación Agentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). Mientras que las rutas 14, 34, 9,12 y 7 son las que sufren mayor desabastecimiento. El gobierno hace anuncios, pero no hay respuestas concretas.
Desde la Federación Agraria Argentina (FAA) exigieron que las autoridades, tanto del gobierno nacional como de las provincias, arbitren los medios «para regularizar la provisión de dicho combustible y poner fin a los abusos y sobreprecios».
«Hay tironeos entre petroleras y el Gobierno, hay faltantes y diversas dificultades. Pero, como siempre, los afectados somos los que necesitamos el combustible para mover nuestra producción y para realizar nuestro trabajo. Estamos a merced de los que se aprovechan de los faltantes, cobrando sobreprecios, y peregrinando por las estaciones de servicio para conseguir algo fundamental como es el gasoil. El Gobierno es responsable y debe resolver esta situación, que en algunas provincias vuelve a ser insostenible»”, señaló Carlos Achetoni, presidente de la FAA, que integra la mesa de enlace junto a la Sociedad Rural Argentina (SRA), Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
En una entrevista brindada a la FM 99.9, Julián Rojo del instituto general Mosconi señaló: «el gasoil no está y se debe a la imprevisión del estado que no hizo estudios de estimación de oferta y demanda para prevenir el faltante y tomar una decisión. Desde el año pasado que venía subiendo la demanda notablemente. Ya sabíamos que el mercado internacional estaba con una tensión importante, precios que aumentaban y dificultad para conseguir cargamentos a gran escala. Sin embargo, no se tomaron las medidas suficientes. Creo que el agravante de los últimos dos meses fue la disparada de precios internacionales respecto de los locales».
Un esquema que sólo puede agudizarse ante la imprevisión, la falta de políticas claras y los enormes negocios de oportunidad a cada ocasión.