Cristina, La Cámpora, y su universo alterno

En un escenario profanado, el de los muertos en las mazmorras, el de quienes fueron negados de todo derecho en los sótanos de la ESMA, Cristina Elizabeth Fernández se sumó a un encuentro de la juventud que se dio como previa a la conmemoración del 17 de octubre, dejando nuevamente airado al presidente Alberto Fernández.

En su aparición ante unos mil quinientos o dos mil jóvenes en la ESMA, la vicepresidenta reivindicó la idea del valor del peronismo tanto en su historia como en su actualidad, para luego señalarse a sí misma y a La Cámpora como «el peronismo». La mueve la necesidad de atraer, para la cita electoral del 14 de noviembre, a aquellos que se niegan a votar las lista que domina justamente esta organización, a la cual de juvenil, ya sólo le queda el nombre.

En su larga exposición, Cristina criticó al PRO diciendo «a esos que festejan y lanzan globos, les digo que se pongan a pensar qué hacemos con el país». Es increíble que, habiendo destruido la economía y apestillado la vida democrática misma de la nación, le pida a la oposición que, luego del 14 de noviembre —en línea con lo que plantea Sergio Masa— se sienten a una mesa común, a generar un plan de gobierno que permita evitar el default y la híper inflación que está a la vuelta de la urna.

Decidida a mantener su relato, Cristina afirma sin rubor: «Nos dicen kirchneristas porque nos quieren bajar el precio: somos, fuimos y seremos peronistas. Que lo tengan todos claro. Necesitamos una refundación en la Argentina de aquel pacto entre los trabajadores y el capital. Ya probaron con un Gobierno de empresarios que iban a salvar al país: entramos de vuelta con el Fondo Monetario y con un endeudamiento que con una pandemia hoy estamos como estamos». Léase: ellos, nunca son, o serán, responsables de nada.

Fuera de esa burbuja de confort entre gritos y embelesos hacia su persona, la realidad truena fuerte. Un estudio del expresidente del Banco Central, Guido Sadleris, señala que un 60% de los votantes del FDT en 2019 está frustrado y con bronca. Revela un estado de ánimo de la población que se refleja en un escaso 25% de intención de voto hacia el oficialismo.y con bronca.

En un proceso de cambio cultural y cívico de dimensiones épicas, la Cámara Electoral Nacional da inicio a una tarea que promete transformaciones ambiciosas. Según reveló el periodista Daniel Santoro, se ha creado una secretaría especial que rastreará y seguirá todos los actos que impliquen políticas de compra de votos. Las denuncias históricamente quedan cajoneadas, sin dar nunca jamás lugar a un fallo que implique una condena a estas prácticas corruptas. El viento sopla fuerte, y el universo sectario que rodea a la mujer más poderosa del país, parece no advertirlo.