Desde el mismo momento del arrollador triunfo de María Eugenia Vidal ante Aníbal Fernández, se dispararon las hipótesis que abanicaban su futuro como candidata a Presidente de la Nación en 2019. Las primeras manifestaciones se dieron en el interregno entre la elección en primera vuelta y la segunda, cuando Mauricio Macri se impuso a Daniel Scioli. En dichos análisis, la especulación corría por el lado de lo que podría ser una buena relación Scioli /Vidal si este se imponía, y la necesidad del sciolismo de acordar alianzas para acotar el poder de Cristina Fernández. Obvio es que la impunidad judicial estaba garantizada.
En estos tres años, medios y analistas le han bajado sistemáticamente el precio al Presidente, señalando una y otra vez que Mauricio Macri necesita sí o sí de María Eugenia Vidal para imponerse en la elección del año venidero. Algunas de las operaciones mediáticas en medios con editor responsable rozan el absurdo más vergonzoso. La política on line —medio que se insiste en vincular a los míticos “servicios”— afirmaba hace unos días: “La candidatura ‘prematura’ de Vidal ya es considerada un plan B real del PRO por si Macri decide no presentarse el año que viene. Los impulsores de esa estrategia creen que el Presidente está pagando el desgaste tras una década de gestión: el líder del PRO asumió en la Ciudad con 48 años y terminará su mandato como presidente con 60. El desgaste físico viene acompañado de una caída en la imagen del Presidente luego de las elecciones legislativas de octubre pasado”. No obstante, el paroxismo llegó cuando el medio platense La Tecla publicó una imagen fotocompuesta que exponía a una Vidal sonriente con la banda presidencial y el bastón de mando, lo cual provocó un revulsivo puertas adentro del PRO que llevó a que en horas, Horacio Rodríguez Larreta y la propia Vidal se deshicieran en abluciones públicas negando toda posibilidad de una candidatura que no fuera la de Macri.
Recientes encuestas revelan que hay una caída da la imagen positiva de la Gobernadora y un crecimiento preocupante de su imagen negativa. La respuesta del sistema de medios fue señalar que la caída de imagen presidencial arrastraba a Vidal. Dichas aseveraciones no parecen tener en cuenta el fracaso administrativo en el que está sumergida la Provincia, que no paga al IOMA, no cierra paritarias con los sectores clave como salud, justicia y educación, y tiene a la policía en un estado de abandono que no logran taparlo o aliviarlo ni los nuevos chalecos anti balas ni los flamantes patrulleros.
En el muro que protege a la Gobernadora hay un tremendo hueco llamado aportantes truchos. La caballada lanzada por Unidad Ciudadana a partir de las revelaciones periodistas del El Destape web salió del control de medios que articulan Mariano Mohadeb, Fabián Perechodnik y Guillermo Seita. La realidad llegó a las puertas de la dama y la puso en jaque. No hay indemnidad eterna cuando la distancia entre el dicho y el hecho adquiere tamaña evidencia.