En busca de la felicidad perdida

Hay una remembranza cultural que habla de que todo tiempo pasado, fue mejor. Está instalada en el inconsciente colectivo y suele ser el empuje necesario para vincular otro imaginario en el que todo será mejor.

Hay mucho de eso en las sociedades contemporáneas, golpeadas por un febril ritmo comunicacional que nada ni nadie parece poder modificar: la idea de que todo está mal y que nunca, pero nunca, será mejor, alienta a irse a otras tierras, a otras realidades mágicas en las que todo será concedido y todo será logrado.

Ese estado de las cosas es el que llevó a los padres de Alana y Leila a partir a España en 2020, buscando una mejor calidad de vida que la que hoy ofrece la Argentina. Pero Españas hay muchas… y no es lo mismo Barcelona, la ciudad multicultural, que Barcelona la provincia.

Sallen es un pueblo de seis mil habitantes, muy cerrado en su identidad catalana y exacerbado en estos últimos años por el llamado proceso independentista que está fogoneado a su vez un poderoso sentimiento anti español. Allí es a donde llegaron estas niñas de la mano de sus padres, quienes legítimamente creyeron que les estaban dando así una mejor oportunidad.

El bullying, el abuso dominante, no es exclusivo ni de España ni de la región catalana, pero es allí donde se dieron los hechos, brutales por cierto. El jefe de gobierno de Cataluña, Perre Aragonés, pidió perdón y admitió que el sistema había fracasado. ¿Fue eso? ¿Un fracaso? No sería la primera vez.

A través de una serie de entrevistas en la FM 99.9 de Mar del Plata buscamos el hilo conductual de estos hechos extremos: Juan Manuel López Viñuela, un sevillano que vive en Barcelona, lleva adelante una cruzada personal contra el sistema escolar y los servicios sociales de la región luego de la muerte por suicidio de su hija Kira. En la entrevista, López Viñuela señaló: «tuve que hacerme público para que la sociedad viera que mi familia era normal y mi hija era normal. No se le ha prestado atención en la escuela y al final mi hija se quitó la vida. En Catalunya, cada comunidad tiene la competencia y nos ha costado mucho. Ayer se dio a conocer el caso de un chico que también saltó. El caso de mi hija no es el único y quiero cambiar el sistema para que esto deje de suceder y estar normalizado».

La escritora Dolores Agenjo también habló en la 99.9 en referencia al uso y empleo del catalán en el sistema público de Cataluña: «es importante tener en cuenta lo que pasa en Cataluña. Hay dos lenguas oficiales, el catalán y el español. En una pequeña región de Cataluña que se llama Arán, se habla el aranés. El español es la lengua mayoritaria porque más del 52% de los catalanes la tienen como lengua materna y cerca del 40% tiene el catalán. La clase política catalana está tratando de imponer como lengua exclusiva y única lengua oficial en la práctica, el catalán. Esto lo están llevando a los colegios donde la única lengua de aprendizaje es el catalán y el español se aprende como una lengua extranjera con dos horas de clase a partir de los 6 años»”.

Demasiado para dos niñas que le pedían a su abuelo volver a la Argentina porque no soportaban vivir más en «ese país».