Los nuevos esquemas comunicacionales están poniendo todo en alerta. Hasta hace un lustro, el tema era el desplazamiento de los televidentes de los canales de señal abierta al cable. Hoy, el cable entró en emergencia, en particular los canales de noticias. Las audiencias no toleran el tono siempre urgente y adocenado que la comunicación generada en el área metropolitana instala a diario.
Como si de un ejercicio de Gramcismo (sic) se tratara, las redacciones de los canales de noticias llevan adelante de forma cotidiana un esquema que busca instalar la idea de que se hace lo que se hace en materia de noticias en nombre del pueblo y para el pueblo.
El universo de seguidores del canal TN del grupo Clarín trina en las redes —en particular en Twitter— llegando por caso a celebrar el reemplazo de la periodista Luciana Geuna, considerada pro K. ¿Lo es, no lo es? Lo cierto es que su visión, apostillando negativamente los hechos diarios, le valieron del propio público del canal una repulsa generalizada. Como si de un espectáculo del circo romano se tratase, a Geuna le bajo el pulgar la audiencia. No alcanzó sin embargo: TN hoy ostenta un “vergonzoso” segundo lugar detrás de C5N, canal militante del kirchenerismo mas acérrimo.
Es todo un dato de la realidad que hay —le pese a quien le pese— un núcleo de audiencia/votantes que están muy consolidados y está dispuestos a dar batalla como nunca antes: la mayoría silenciosa que soportó y sufrió la caída del gobierno de Alfonsín, que asistió impotente al golpe cívico que destituyó a Fernando de La Rua y que hoy no está dispuesto a quedar al costado de la Historia.
Un dato de la realidad presente es el fallido de los medios de Capital Federal por llevar del pico a las audiencias y los eventuales votantes. El Cronista, el pasado viernes 29 de Marzo, en una columna firmada por Sebastián Iñurrieta, intentó colocar al jefe de gobierno de CABA Rodríguez Larreta como “el candidato” del círculo rojo. De tan burda, al propio “elegido” le dio vergüenza y se negó a comentar para medio alguno sobre la opereta.
Son una especie en extinción. Los medios que marcaron agenda en Argentina están en retroceso. Su canto del cisne fue la caída del gobierno de De La Rua. Auparon la traición de Carlos Álvarez, renunciando a la vice presidencia. Auparon el embate que llevó a la renuncia de López Murphy al Ministerio de Economía. Pactaron con Eduardo Duhalde el gobierno de cuasi facto para exprimir a la sociedad con la Ley de Bienes Culturales y la pesificación asimétrica.
Por si fuera poco, sus principales espadas mediáticas están expuestas en su relación con los servicios de inteligencia, paralelos o no. El escándalo que se inicia en Dolores, buscando hacer caer la causa de los cuadernos, se va a llevar puesto un sistema que, bajo el cartabón de periodismo de investigación, ha sido la quintaesencia de un modo de operar la política y la economía que mucho daño le ha hecho y le hace aún al país.