Al inicio del gobierno de Mauricio Macri, una blitz de denuncias y desarrollos en medios de comunicación ponían en entredicho el desarrollo de las nuevas matrices de energía eólica y fotovoltaica, aduciendo ventajas impropias de carácter fiscal, o acuerdos que involucraban a la familia del hoy ex presidente.
La realidad actual indica que el impulso que se le dio entonces a la matriz de energías renovables en Argentina permitió atravesar el último invierno sin cortes en los servicios, con un impulso importantísimo que lleva que, transcurridos sólo ocho meses del año, la energía generada por los parques eólicos y fotovoltaicos en el país sea comparable a toda la producción del 2021.
El último informe de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) dio cuenta que, durante agosto, la generación renovable fue de 1.588 GWh, lo que impulsó el acumulado de los primeros ocho meses del año a los 12.511 GWh. Un logro fruto de inversiones realizadas en el sector que cuenta con un aliado excepcional: el notable régimen de vientos de nuestro país.
En todo el año pasado, la generación renovable alcanzó los 17.485 GWh, que es el máximo histórico vigente. En lo que va del año ya se generó el 71,55% de la producción verde de todo el 2021. La capacidad instalada renovable del país no dejó de crecer incluso durante la pandemia, de la mano de las adjudicaciones que se habían realizado años anteriores. Los datos oficiales de Cammesa dan cuenta que en un año se incrementó la potencia instalada en unos 290 MW. Al cierre del tercer trimestre del año pasado, la capacidad instalada renovable total del país era de 4852 MW, de la mano de 182 proyectos renovables repartidos en diversos puntos en el país.
Los reportes de Cammesa dan cuenta de que actualmente hay una potencia total de 5139 MW, exactamente unos 287 MW más que hace un año. En el último año móvil se sumaron 8 proyectos renovables y en total hay 190 repartidos en el país, todo sin que se hayan propuesto por parte del Estado políticas y acciones para ampliar la capacidad de transporte de energía, el auténtico cuello de botella para todo el sector.
Al respecto de qué hacer para ampliar el set energético, es muy interesante el desarrollo de un informe que presentó la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader) titulado «Biometano en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe». Estudiaron el potencial de estas provincias concluyendo en que es posible construir 324 plantas, con una inversión total de 2.170 millones de dólares, ya que en los tres territorios se dispone, en menor o mayor medida, de biomasa, efluentes pecuarios y agroindustriales.
Argentina está dotada de recursos naturales y genera excedentes productivos a partir de su industria de alimentos para generar recursos energéticos, cerrando un ciclo probo que puede liberar al país de la dependencia energética y provocar excedentes de gas y petróleo que impliquen ofrecerle al mundo oportunidades de negocios de mutuo beneficio.
El futuro es hoy, y la Argentina no tiene cómo desperdiciarlo.