El gobierno argentino ha firmado un acuerdo que permitirá la adquisición de helicópteros livianos y de porte medio fabricados por el complejo industrial de la India, nación que, en los días previos a la visita del ministro Taiana, lanzó al espacio un cohete cuyo objetivo es aterrizar un vehículo robótico en una zona inexplorada de la Luna.
Sólo tres países: Estados Unidos, China y Rusia, han logrado lo que se conoce como un alunizaje «suave» o «controlado». La lectura de los expertos es que, si la Organización de Investigación Espacial de India —ISRO, por sus siglas en inglés— tiene éxito en este intento —hace cuatro años, la primer versión de esta misión fracasó—, eso le permitirá a este país posicionarse como una de las potencias espaciales a nivel mundial.
La India es una nación de contrastes: en pocos años, se convertirá en el país más poblado del planeta, superando a China. Esta imparable potencia se encuentra ensalzada con el presidente francés Manuel Macrón, quien invitó al premier indio Narendra Mordí al desfile del 14 de julio, en el cual las tropas galas estuvieron precedidas por cuatro contingentes indios que participaron en el desfile con un total de 240 militares: una banda y destacamentos del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, destacando por la originalidad de sus uniformes y de sus marchas militares.
Pero es esa misma nación la que está hoy también envuelta en un fuerte oprobio a raíz de hechos de una brutalidad inconcebible en la presenta era que atraviesa la humanidad: en el estado de Manipur se desarrolla una verdadera guerra contra la población de confesión cristiana que lleva ya 130 muertos y 60.000 personas desplazadas a raíz de enfrentamientos étnicos entre las comunidades meitei y kuki. En ese contexto, el pasado mes de mayo, dos mujeres fueron obligadas a caminar desnudas por las calles de un poblado antes de ser golpeadas, violadas y asesinadas.
Lejos de glamur con el que los libros y el cine retratan a la India, la realidad es que se trata de una nación compleja y que la violencia es parte de su realidad cotidiana. Las regiones alejada de los grandes distritos urbanizados ofrecen aún hoy aspectos culturales de una violencia inentendible, que parecen ser una constante cultural de esta gran nación en la cual, las batallas entre distitnos grupos tribales envueltos en pujas de poder, desatan hechos de una furia y un fervor que resultan indignantes. Tal como lo señaló el presidente del Tribunal Supremo de ese país, D. Y. Chandrachud, el incidente es «simplemente inaceptable» y afirmó que la corte actuará «si no lo hace el Gobierno», según declaraciones recogidas por el diario Indian Express.
Se trata de una clara advertencia para el celebrado premier indio, quien es cortejado hoy por las potencias occidentales dado el rol calve de su país en el escenario Asia-Pacifico y el potencial conflicto con China, país con el cual india comparte extensas fronteras.