La crueldad de la acción y la palabra

Toda acción es precedida por la palabra, presidida por el pensamiento. En sentido inverso, el pensamiento expresado en palabras resulta en acciones. La definición del informe Bachelet al alto comisionado por los derechos humanos de la ONU refleja los hechos brutales del régimen criminal de Venezuela que, cuando menos, ha asesinado a siete mil personas.

No obstante los hechos revelados por el informe de Michelle Bachelet, que no debieran dejar ya lugar a dicho alguno de carácter contemplativo hacia el régimen venezolano, los dirigentes del sector que lidera Cristina Elizabeth Fernández viuda de Kirchner han buscado, por medio de la palabra —que expresa su pensamiento—, minimizar las acciones criminales del régimen.

El informe Bachelet señala, en referencia a la situación de los derechos humanos en Venezuela: “En los últimos años, el Gobierno ha tratado de imponer una hegemonía comunicacional imponiendo su propia versión de los hechos y creando un ambiente que restringe los medios de comunicación independientes […] Durante más de un decenio, Venezuela ha adoptado e implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial. Las autoridades han atacado especialmente a determinadas personas y grupos, entre ellos, a miembros de la oposición política y a quienes se considera que constituyen amenazas para el Gobierno por su capacidad para articular posiciones críticas y movilizar a otras personas. Miles de personas, principalmente hombres jóvenes, han sido matadas en supuestos enfrentamientos con fuerzas estatales en los últimos años. Existen motivos razonables para creer que muchas de esas muertes constituyen ejecuciones extrajudiciales perpetradas por las fuerzas de seguridad”.

Frente a tremendo señalamiento, el candidato a la presidencia ungido por Cristina Elizabeth Fernández, Alberto Fernández, eligió expresar: “En Venezuela se han vivido un sistema de abusos y arbitrariedades del Estado que no pueden pasar desapercibidos. Hay un problema respecto a la calidad institucional y hay que prestarle atención”. ¿Calidad institucional? Este tremendo record criminal contra el propio pueblo para el candidato Fernández es sólo una cuestión de calidad institucional. Casi como si en los juicios de Núremberg los responsables de la Shoá hubiesen sido cuestionados por la calidad institucional del régimen Nazi, y no por sus crímenes.

Quien trajo sentido común a esta situación fue una vez más Graciela Fernández Meijide. “Una cosa es abuso, otra cosa es asesinato. Una cosa es abuso de autoridad y otra es terrorismo de estado, dijo la dirigente de la APDH y madre de un desaparecido para rechazar la tibia respuesta de Alberto Fernández. “El terrorismo de Estado es igual de gravísimo si proviene de una dictadura de derecha o de una izquierda”. La levedad de los dichos de Fernández al respecto del régimen criminal de Venezuela expresan lo que piensan, y anticipan, claramente, lo que harán de ser nuevamente poder.