La respuesta al odio no es el odio

Así lo ha afirmado Erika Kirk, la viuda del activista conservador Charlie Kirk, quien sorprendió a sus seguidores al declarar públicamente que perdona a Tyler Robinson, el joven de 22 años acusado de asesinar a su marido el pasado 10 de septiembre.

«Mi esposo quería salvar a jóvenes como el que le quitó la vida», expresó con la voz entrecortada. «En la cruz, nuestro Salvador dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. A ese joven, a ese hombre, lo perdono. Lo perdono porque fue lo que hizo Cristo y porque es lo que habría hecho Charlie. La respuesta al odio no es el odio. La respuesta es el amor, siempre el amor: amor por nuestros enemigos y por quienes nos persiguen».

Unas palabras cuyo objetivo es bajar la escalada de violencia que se vive en Estados Unidos y en muchas naciones del mundo. Un buen objetivo, ¿será sostenible?

La izquierda ha tomado la bandera de Palestina como su propia bandera, lo que avala la idea de una «Palestina desde el rio hasta el mar», lo cual a su vez implica la desaparición del estado judío y, si se analiza según la historia, el exterminio de su población, una idea hoy de imposible aceptación. No obstante, el mundo reacciona de modo laxo ante la masacre continua de civiles ucranianos, el exterminio de cristianos en África, la opresión de las mujeres en Irán y Afganistán que llega a extremos de brutalidad no vista. La presencia del líder Sirio Al Joulani es un ejemplo del doble rasero que las dirigencias occidentales emplean en estos casos.

El ex terrorista del M19, hoy presidente de Colombia, llamó en Nueva York a crear un ejército global para imponer la paz en la Franja de Gaza. El discurso fue considerado incendiario por las autoridades de Estados Unidos, que le quitaron la visa.

La líder italiana Giorgia Meloni, en un reciente discurso, señaló que la ciudadanía italiana no se regala, sino que debe merecerse. Así mismo, dijo que quien se sienta ofendido por el pesebre o el crucifijo, nada tiene que hacer en su país para agregar luego que el mundo es grande y hay naciones islámicas en donde no hallarás nunca un crucifijo.

El mundo camina sobre ascuas y la desgracia de grandes movimientos políticos que traigan dolor y muerte, están al acecho.