Matías Kulfas y su renuncia

En el insoportable ir y venir del poder o no poder de Cristina Elisabeth Fernández y la cuestión de quién tiene la lapicera en el gobierno nacional, la renuncia de Matías Kulfas pasaría a ser sólo una cuestión de imprudencia discursiva, anche política.

En rigor, la renuncia que le requiere el presidente por dichos de Cristina quien se quejó por un «off» de Kulfas reduciría todo a una cuestón de buenas formas. Nada menos cierto. El ministro de Producción se va por denunciar la connivencia del grupo Techint con La Cámpora —o con funcionarios que provienen de dicho espacio— para cerrar condiciones privilegiadas en torno a la construcción del oleoducto «Néstor Kirchner».

Matías Kulfas habló en la AM 750, en donde, consultado por las chapas laminadas que Techint traería de su planta en Brasil, contestó: «Les vuelvo a decir, la empresa que licita es IEASA, que está conducida por gente que tiene una relación muy cercana con la vicepresidenta. Ahí están establecidas las condiciones». Luego agregó: «Hace unos días hicimos el anuncio importantísimo de que Argentina vuelve a producir chapa naval, esa chapa perfectamente se puede usar para construir gasoductos, tiene que ver con la manera con la que se establece la licitación y se desarrolla la obra».

Es obvio que estas declaraciones en dicho medio no generaron mayor repercusión. De ahí, se fue a un off entre periodistas, que comenzó a replicar en Twitter, que fue lo que tomó Cristina cuando se expresó victimizándose, señalando: «Muy injusto y, sobre todo, muy doloroso que este tipo de ataques lo ejecuten funcionarios del propio gobierno del Frente de Todos». Luego, agregó: «Lo peor de todo: sin dar la cara, en off, mintiendo y utilizando periodistas. Con errores y aciertos, siempre hablé y actué de frente».

Lo que está una vez más a la vista de todos —o de quien quiera ver— es que la corrupción es endémica en estos grupos que han crecido al calor del Estado y que juegan el juego del poder billetera en mano, de forma descarada. Vale recordar que Paolo Rocca y el CEO de la empresa, Luis Benatza, estuvieron encartados en la causa de los cuadernos, y fueron sobreseídos por el juez federal Luis Ercolini.

No sólo este negocio es de interés público: la causa que implica a Mayra Mendoza procede a alto ritmo, con pedidos de informes a las autoridades de Estados Unidos por el tráfico de dinero a dicho país. Plata que se envió a exterior procedente de fondos públicos, que estaban destinados a sectores vulnerables. Es obvio que aquí, en donde hay una necesidad, arman un curro. El saqueo está a la orden del día.

La salida de Kulfas, anunciada por el presidente como un gesto hacia Cristina, ahonda el default del poder en un gobierno que ya no logra ni contener a los propios. «Comparto el malestar», expresó Alberto Fernández, quien dijo confiar en la «moral» e «idoneidad» de quienes llevan adelante la adjudicación de la obra. «Comparto la respuesta dada por Energía Argentina a una publicación fundada en un supuesto off salido de funcionarios del Gobierno», comenzó Fernández en Twitter y agregó: «Confío en la integridad moral y en la idoneidad de quienes llevan adelante la licitación del Gasoducto Néstor Kirchner». Ergo, son uno solo, ya sea por acción, u omisión.