En una línea de tiempo que ubica al presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti, al columnista de Clarín Marcelo Bonelli y al asesino de cinco periodistas del Gazette Tribune de Maryland, la cuestión de los medios, su rol y la influencia en la comunicación de las redes sociales quedó instalada en un mismo plano.
En el caso del presidente de la Corte, su aporte a este delicado momento ha sido pedir que se regule la proliferación de noticias falsas (fake news) a través de las redes sociales. “Hoy está en cuestión la credibilidad de la libertad de expresión expresada a través del periodismo profesional, por el surgimiento de una nueva tecnología, que se expresa a través de las redes”. No se quedó en esa cita: en un extenso discurso en ADEPA, aportó: “Tenemos que establecer qué tipo de exigencias tienen que tener Facebook, Twitter o Google en cómo se producen las fake news; es importante entender las analogías, porque tenemos regulaciones en el mercado físico y se están empezando a desarrollar en el digital”. En su explicitación abordó ejemplos de las leyes que regulan el tráfico en la red; tales son los casos de Francia, Alemania y Malasia. Afortunadamente no se animó a requerir una ley para aplicar el modelo chino de control social que impera en el país asiático.
Marcelo Bonelli, por su parte, fue hacia un objetivo que buena parte de los medios metropolitanos sienten como clave en este momento: lo que denominan “el ejército de trolls”, un supuesto colectivo en las sombras capaz de torcer la opinión pública bancado por el Gobierno y liderado por el jefe de gabinete Marcos Peña. Bonelli sostuvo, como si de información indubitable se tratara, que el Gobierno, en el plan de ajuste, suspendería una partida de doscientos millones de dólares para dar de baja al referido ejército digital.
En Maryland, Estados Unidos, otro tiroteo se llevó la vida de cinco periodistas, atacados por un criminal de nombre Jarrod Ramos, que venía acosando a los periodistas desde hace por lo menos dos años, por publicaciones del Gazette que lo sindicaban como un acosador condenado. Ramos insultaba por Twitter a diario a los periodistas, que sólo habían publicado los hechos, y todo el sistema fracasó para protegerlos de su furia criminal. El periodista Chase Cook señaló, luego de concluido el episodio: “vamos a sacar el maldito diario”, y lo comunicó en su cuenta de Twitter.
Las redes son un ingenio tecnológico de esta era que obviamente introducen una distribución del poder novedosa en millones de individuos, y que dejan a poderes constituidos en posición delicada, al ser cuestionado su impacto e injerencia, y su sentido del poder. Sólo eso pero nada menos que eso se discute hoy a nivel de la comunicación masiva en el mundo.