Todo pasa
Cuando en 2008 Islandia declaró el default de su sistema bancario, el mundo pareció asomarse a un nuevo abismo. La voluntad de los islandeses de no aceptar pagar con su sacrificio personal y patrimonial la deuda contraída por su Gobierno y por los bancos, llevó a miríadas de páginas de papel y digitales a anunciar catástrofes decimonónicas y un largo periodo “fuera del mundo” para este país ubicado en el extremo norte del planeta.