El termino sororas se fue haciendo su lugar en el lenguaje popular a partir de la profusión de hechos que, desde la denuncia de Thelma Fardin a Juan Dhartes apoyada por el auto denominado Colectivo de Actrices Argentinas, impactó fuertemente en nuestro país.
La sororidad es una conducta surgida en la lucha de las mujeres por la igualdad e implica apoyo, coexistencia y solidaridad entre las mujeres frente a los problemas sociales. La sororidad es un valor, como la fraternidad, pero vinculada a la unión, respeto y amor entre el género femenino.
Por eso extraña la ausencia de sororidad ante la condena que cayó sobre el cantante Cristian Aldana ex líder del grupo EL OTRO YO. Aldana recibió una condena a 22 años, alta para el estándar de los tribunales argentinos, lo que da un idea del nivel de las pruebas en su contra.
Salvo las mismas denunciantes, nadie pareció cubrir el tema ni acompañar a estas mujeres que llevaron adelante una larga lucha hasta lograr la condena y poder al fin gritar justicia. Diez mujeres acusaron a Aldana de haber abusado de ellas entre 1999 y 2010, cuando tenían entre 13 y 16 años. Sus testimonios detallaron orgías con otras menores, enfermedades de transmisión sexual, y agresiones físicas. Nunca se vio en un tribunal de argentina tremenda acusación que se comprobó en un juicio que llevó al más de un año.
Cristian Aldana, ante el correr de las acusaciones, buscó refugio en la política. Fue candidato a diputado por le FPV en 2013. Su imagen se asoció a la de la hoy ex presidenta y senadora Cristina Fernández. Sostuvo que su postulación era un mensaje de la UMI (Unión de músicos independientes) presidida hoy por Juan Ignacio Vázquez, que lo defendió en reiteradas oportunidades y aún permanece en silencio ante la contundencia de la condena.
Las situaciones de abuso de poder no pueden ser un arma política. La movida del Colectivo de Actrices Argentinas amplificó fuera de nuestras fronteras la denuncia de Thelma Fardin y sepultó a Juan Dhartes, condenado sin proceso de por vida.
El caso Aldana permanece insólitamente oculto en los medios generalistas. De baja intensidad, parece sólo tener merito de ser publicado en la sección policiales de los diarios y los aspectos más cruentos siguen siendo negados al gran público, en particular por la televisión. De tan ominoso silencio surgen expresiones como las de la fotógrafa Alelí Acuña Barrenechea dirigida al presidente del UMI Diego Boris —amigo íntimo del condenado Aldana y al presidente del UNAMI—. Aciuña dice: “Señor presidente de UMI: Juan Ignacio Vázquez, la actual junta directiva de este espacio representante de músicos independientes ¿se expresará sobre el fallo que encarcela por más de dos décadas a quien fue presidente de UMI hasta diciembre de 2016, cuando ya habían sido asentadas las denuncias por violación?” El silencio sigue siendo la única respuesta, lejos de toda sororidad.