El conflicto ha sido parte de la vida los humanos desde las primeras organizaciones tribales. La política puede entenderse como el conjunto de las acciones que se realizan para dirimir diferencias y construir poder. La guerra, omnipresente en la historia de la humanidad, es una consecuencia de la política. La política se alimenta de la ambición, el deseo, y de la necesidad de acumular poder para poder cambiar el destino de los hombres.
Por milenios la humanidad se ha debatido alrededor de los métodos utilizados para tomar y retener el poder. La única civilización que aun se mantiene incólume desde sus inicios como tal, es la china. El resto de las civilizaciones poderosas de la antigüedad han desaparecido. En cambio, la gran civilización asiática, aún con cientos de años de extravío político y cultural, es hoy un faro de atención en la lucha del hombre por el poder.
El gran estratega y filósofo chino Sun Tzu escribió en el siglo V a. C. un texto cuyas palabras y consejos guían aun hoy el devenir de quienes en política buscan triunfar en la disputa por el poder. La Argentina del 2019 es el epicentro de una batalla de poder que puede saldar la puja desatada en la década del 40’ entre capitalismo y socialismo.
Una de las máximas de Sun Tzu dice: “Si haces que los adversarios no sepan el lugar y la fecha de la batalla, siempre puedes vencer”. El anuncio de la designación de Miguel Ángel Pichetto como candidato a vicepresidente de Mauricio Macri fue la aplicación perfecta de este concepto. El anuncio devastó al adversario (UC) al punto que el momento —breve por cierto— del no-anuncio de Sergio Massa en la casa del Partido Nacional Justicialista tuvo más valor por los gestual que por lo expresado.
La semana que concluyó dejó un escenario de cambio de paradigma intenso. La dimensión del impacto del anuncio dejó aturdidos a los contrarios, eufóricos a los propios, y los extraños en duda ante la decisión final a la hora de la urna.
El senador Pichetto, desde el mismo momento del anuncio, puso el fiel de la balanza por lo alto al señalar: “He sido designado por el presidente Mauricio Macri quien tiene los votos, tiene el poder y es la figura central de la política argentina”. Su exposición de los logros de la gestión y su crítica a la agenda de los medios corrieron por cuerda conjunta. Señaló que este gobierno cambió la realidad energética del país, liberó fuerzas del mercado, duplicó los recursos para los más pobres, restauró la libertad de prensa y garantizó la consolidación del capitalismo en la Argentina. Un breviario que ningún compañero de ruta ha señalado con tanta convicción hasta el momento.
Retornando a Sun Tzu, este señalaba: “Cansa a los enemigos manteniéndolos ocupados y no dejándoles respirar”. La miríada de acciones que vienen en materia política concreta, expresada por el presidente al señalar que “nuestra cadena nacional son las obras realizadas de verdad” suponen un rally que ninguna oposición podrá empardar. Sun Tzu también decía: “Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar”. Fue dicho hace más de dos milenios, se sostiene hoy.