Un cambio de ritmo

edi966

La detención de Ricardo Jaime es quizá uno de los momentos más ansiados por el argentino promedio, harto de escuchar hablar de corrupción y de ver informes especiales en los medios, rebosantes de información que, a pesar de ello, en nada parecen colaborar en el accionar de la justicia. La determinación del juez Martínez de Giorgi de detener a Jaime y a Manuel Vázquez, testaferro y su asesor en las negociaciones con España y Portugal para la compra de material ferroviario de descarte, ha provocado una especie de alivio y satisfacción general, y en particular la de la diputada Elisa Carrió, que lleva un tiempo más que importante denunciando la corrupción de este personaje del riñón de Néstor Kirchner.

El abogado de Jaime, Andrés Marutián, señaló que la actitud del juez era “payasesca”, y que se lo detenía sin haberlo citado previamente, un día sábado. Debe aquí citarse que Ricardo Jaime ya tiene tres condenas en su contra, está confeso en la causa por dádivas y hay elementos suficientes para encarcelarlo desde hace tiempo.

Dice de él Omar Lavieri en “El rekaudador”, el libro que desnudó la anatomía delictiva que expuso a Jaime y lo colocó directamente bajo el seguidor de la justicia: “La historia de Ricardo Jaime es una historia de corruptores y corruptos, sobornados, cobradores de comisiones ilegales, estafadores, traidores y delincuentes de poca monta. Quiso un avión y lo tuvo. Quiso un yate y lo tuvo. Quiso lucir oro y lo usó en sus dedos y muñecas, aunque el brillo ofendiera a la vista y al buen gusto. Quiso ser más alto de lo que era y se lo creyó. Jaime formó parte de una maquinaria de recaudación creada por Néstor Kirchner para expandir su influencia política, basada en el poderío económico que otorga la disponibilidad de dinero aportado por los empresarios beneficiados con la vista gorda del Estado“.

En 2003, aquel amigo del que se había distanciado, el de las calientes discusiones doctrinarias de noche y día, Néstor Kirchner, asumía como presidente. Y lo hizo llamar por intermedio de Julio De Vido. “Turco, Néstor te necesita en Transporte”, le dijo. “Pero yo no sé nada de transporte”, atinó a contestar. “Vení igual”, le dijo De Vido, y así quedó sellada la suerte del cordobés (…) Jaime le llevaba una valija –que no sé qué tenía adentro- todas las noches a Kirchner, vivía al filo de la legalidad. Es un tipo jodido, sin amigos, pedante. Al no ser inteligente, siempre se equivocó. No me sorprende la impunidad. El sentido de poder permanente que tenía Jaime lo llevó a esto. Pensó que la Justicia iba a estar siempre subordinada al oficialismo”, dijo Ricardo Cirielli, quien fue segundo de Jaime.  Con un equipo integrado por unos pocos fieles y una mayoría de temerosos del poder que ejercía, Jaime manejó el dinero de los subsidios de tal modo que le traería beneficios personales mientras mantenía las tarifas congeladas, tal como había ordenado su jefe. En mayo de 2009 quedó claro para todos que usaba el avión como propio, algunos kirchneristas empezaron a mirarlo con recelo. No porque fuera deshonesto, sino porque lo habían descubierto, y no era bueno que en medio de la campaña electoral para elegir diputados nacionales uno de los hombres de confianza de Kirchner fuera señalado por prácticas reñidas con la transparencia. Allí comenzó a cambiar su suerte, Jaime estaba a las puteadas. Se quejaba amarga y enérgicamente con quienes por entonces eran sus amigos. Esos amigos con los que todavía creía poder contar.

Lavieri ha seguido este tema por años, hasta un tanto en soledad. Hoy, en 2016, una justicia acomodaticia y siempre temerosa del poder político actúa con el rigor y vigor que largamente se le ha reclamado por décadas de parte de la sociedad. Los familiares de las víctimas de la tragedia de Once señalaron: “Está detenido por la investigación de una causa (la compra de trenes inservibles a España por millones de euros) que marca una matriz delictiva, y que tiene en la muerte de nuestros familiares la expresión más cruel. Es hora de que Jaime permanezca tras las rejas a la espera de nuevas sentencias y de que queden firmes las condenas ya dictadas” . Aguardamos todos, y esperemos que sea justicia.