Una arritmia en el corazón del poder

tap975
La noticia de una afección cardíaca del presidente Mauricio Macri impactó por horas este fin de semana. Rápidamente, los partes médicos reflejaron la ausencia de motivos de fondo para sentir una consistente preocupación, más allá de lo que implica un evento bajo control. Sin embargo, este episodio revela un aspecto profundo que hace a la naturaleza hostil de llevar la disputa del poder en el lugar más alto de la cúspide de un país, el nuestro, eternamente sometido a tensiones extremas.

Sin idea de los motivos emocionales que provocaron el cuadro de arritmia, el para nada medido y menos que menos tímido Hugo Moyano lo atribuyó a la acción de alguno de sus ministros, particularizando en el de Energía, Juan José Aranguren, en el centro de la escena del conflicto y la demanda social de estos días por el aumento del gas. Obvio es que si Moyano tuviera razón, estaríamos en presencia de la cabeza de un Poder Ejecutivo infrecuente; ante una persona con una sensibilidad no vista en el ejercicio de la política en nuestro país.
El informe al respecto del estado de la nación, publicado por la Casa Rosada recientemente, revela con una precisión que lastima que quienes dejaron el poder el 10 de diciembre de 2015 no tuvieron tamaña sensibilidad. Sin la mínima preocupación, y sin nadie que haya sufrido arritmia cardíaca, por ejemplo, en 2015 el Correo Argentino contrató a la empresa Tecnología Urbana para que hiciera una auditoría externa para controlar las operaciones. La empresa contratada facturó 57 millones de pesos a lo largo de cuatro años -el contrato fue cancelado en enero de 2016-; una auditoría posterior determinó que Tecnología Urbana no tenía siquiera empleados, y que sus informes los confeccionaban empleados del Correo.
El año pasado contrataron a Dinatech, una empresa que había ganado el contrato del Ministerio de Educación para hacer el mantenimiento de las notebooks del programa Conectar Igualdad, para digitalizar documentos como órdenes de compra. Esa tarea la hacía antes otra empresa llamada Su Papel, a un precio de 1,19 pesos por unidad digitalizada. Dinatech fue contratada para hacer la misma tarea pero un 300% más caro, a 3,19 por unidad.
Otra de las sorpresas que dice haber encontrado el oficialismo el 10 de diciembre son los $80 millones que pagó el Ministerio de Salud para comprar y acondicionar 50 ómnibus que viajaban por todo el país para el plan odontológico Argentina Sonríe. En el año que estuvo en funcionamiento sólo se hicieron 11 viajes, seis de ellos a Santa Cruz y el resto a Buenos Aires y Entre Ríos, todas gobernadas por el FPV. Los equipos técnicos se descalibraron con el andar de los buses. La Coordinadora General del programa era Elena Morán, odontóloga y madre del secretario General de La Campora Andrés Larroque. “Una de sus cabeza más visibles -se destaca- era Rocío García, odontóloga y esposa de Máximo Kirchner”. Además, la directora nacional bucodental era María César Gallardo, nuera del ministro de Planificación Julio De Vido.
Hay quienes gozan el poder; otros, lo sufren. Evidentemente.