Una marcha que amenaza con cambiarlo todo

En Argentina, el poder del Sindicato de Camioneros está íntimamente vinculado a la familia Moyano, que ha tomado el gremio como un bien privadísimo. Esto es, en buena medida, por el marco legal de sindicato único y los beneficios que esta disposición legal —junto con el manejo de las obra sociales— le da a los dirigentes gremiales.

Hoy el mundo mira al norte, en donde los camioneros canadienses han tomado a la capital del país, Ottawa, y se niegan a abandonarla hasta que se deroguen las disposiciones que hacen obligatorio el vacunarse para atravesar la frontera con Estados Unidos. La tensión golpea al gobierno de Pierre Trudeau y ya complica al de Joe Biden. La respuesta de la comunidad de Ottawa es muy intensa a favor de la protesta. El alcalde de la ciudad dispuso punir a aquellos que le vendan combustible a los camioneros, y la respuesta fue una marcha masiva de gente portando bidones de color rojo con nafta y gasoil, llevándolos al lugar de la concentración —frente al parlamento de ese país—, para abastecer a los vehículos.

En estas horas, una manda judicial les ordena despejar las calles. Por ahora está incumplida, y no está claro que el tema se pueda ordenar por la fuerza. En tanto, la administración Biden hace saber al ejecutivo canadiense que está dispuesto a despejar los cruces y pasos comunes, cuya obstrucción ha provocado serios problemas a la industria automotriz en ambos lados de la frontera. Sin ir más lejos, como alternativa para superar el bloqueo e ingresar a Canadá, los camioneros de Detroit tuvieron que desviarse 70 millas al norte hasta Port Huron —Michigan— y cruzar el puente Blue Water, donde hubo embotellamientos de dos horas al salir de EE. UU.

Centenares de camioneros, luego de obstaculizar el centro de Ottawa por dos semanas, también obstruyeron otros dos cruces fronterizos. Al de Windsor-Detroit se le sumaron los que conectan Coutts (Alberta) con Montana y Emerson (Manitoba) con Dakota del Norte. La dirigencia habla en tono alto, pero no acciona por temor a las consecuencias.

Grupos de camioneros republicanos adeptos a Donald Trump afirman que marcharán a DC el día del mensaje del presidente Biden al respecto del estado de la unión. Otros plantean rodear el estadio en donde se jugara el Súper Bowl. Un estado de las cosas que está salido de madre y trae los peores recuerdos de los años del liderazgo de Jimmy Hoffa, creador del gremio de camioneros en la década del 40 y 50 en el siglo XX. En alianza con la mafia, puso al país en entredicho y fue perseguido por el fiscal general Robert Kennedy. Siendo el único desaparecido de la historia política americana, su legado parece estar hoy en manos de quienes, oponiéndose a la vacunación obligatoria, enfrentan al Estado como no se creía posible en esta era política.