El asesinato de Mahsa Amini en manos de la llamada Policía de la Moral del país, estremece a Irán. La joven falleció el pasado viernes 16 de septiembre luego de ser detenida por no llevar el hiyab de manera correcta. Tras su arresto, Amini permaneció en estado de coma durante varios días. Las autoridades niegan las acusaciones de que la joven haya sido víctima de una golpiza.
En Arabia Saudi, un tribunal de mayoría suní condenó a 34 años de prisión a una mujer adepta al islam chií por utilizar su cuenta personal de Twitter para «crear agitación pública y desestabilizar la seguridad civil y nacional», tras retweetear mensajes en los que exigía al gobierno saudí la liberación de activistas por los derechos de las mujeres en la cárcel, informó el miércoles el diario turco Hürriyet.
Ambas naciones islámicas, las dos más grandes en el universo de creyentes en la religión que propagó Mahoma, actúan con infinita violencia en contra de las mujeres, empleando todo el poder del Estado para someterlas al control de los hombres.
En el caso saudí, el pasado 15 de agosto un tribunal de terrorismo condenó a la ciudadana saudí Salma al-Shehab a 34 años de prisión. Originalmente fue condenada a seis años de prisión, pero apeló su sentencia y el lunes se le asignó una pena de prisión mayor, de 34 años. La última sentencia de Al-Shehab incluye una prohibición adicional de viajar que le prohíbe salir de Arabia Saudita durante 34 años adicionales después de cumplir su condena.
Al-Shehab era estudiante de doctorado en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, pero estaba visitando su Arabia Saudita natal de vacaciones en enero de 2021 cuando las autoridades saudíes la detuvieron por su reciente actividad en las redes sociales. Al detallar los cargos contra Al-Shehab el 17 de agosto, el diario británico Daily Mail escribió: «en la sentencia, el tribunal citó la actividad de Al-Shebab en las redes sociales, donde tuiteó en apoyo de los derechos de las mujeres en Arabia Saudita y expresó su solidaridad con las activistas de los derechos de las mujeres encarceladas, como Loujain al-Hathloul, y pidió su liberación».
Al-Shebab fue detenida después de que retuiteara un post de la hermana de Al-Hathloul, Lina, que decía: «Libertad para Loujain Al-Hathloul… Libertad para todos los presos de conciencia. Su libertad es mi primer deseo para este Año Nuevo – Feliz Año Nuevo».
Pero no hay libertad para las mujeres en Arabia Saudita ni en Irán.
En los países africanos de dominio islámico es aún peor: prácticas como la lapidación o clictomirizacion de adolecentes son habituales. Costumbres brutales que distintas ONG condenan pero que no incomodan a estos regímenes criminales.