Partidas y sollozos I. Esta semana corrió fuerte la versión en el edificio de avenida Independencia de que la fiscal de Justicia Legítima Laura Mazzaferri anunció a los empleados de su unidad que retorna a Capital Federal. Ya tendría el visto bueno de la procuradora Gils Carbó, y se encontraría a la espera de cuestiones administrativas. ¿El motivo?: un “premio” a su participación en la causa CNU. La noticia produjo alegría en muchas personas –principalmente en aquellos empleados a los que la fiscal les frenó arbitrariamente su carrera judicial- y tristeza en aquellas que se beneficiaron de su impunidad, amén de ascensos, ingresos y nombramientos totalmente ilegales e ilegítimos, por fuera del reglamento del Ministerio Público, sin respetar la carrera judicial del personal con mayor antigüedad. Y otras yerbas que hicieron, por ejemplo, que la secretaria titular de la Fiscalía Federal N° 1 Silvina Faienzo se encuentre de licencia psiquiátrica hace más de 1 año y medio; más el temita de los 4 empleados desplazados que han sido reubicados en la Fiscalía Federal N° 2 a cargo de Nicolás Czizik, fiscalía que se convirtió con el tiempo en un literal rejunte de personal, confiriéndole así al séptimo piso del edificio de la avenida Independencia la denominación de “la cueva”.
Partidas y sollozos II. Laura Mazzaferri, una vez que logró “licenciar” a Faienzo, y con el cargo a su disposición, nombró en su lugar a Diana Arias, empleada del juez federal Santiago Inchausti, a pedido exclusivo de éste. Arias desembarcó en la Fiscalía de Mazzaferri como brazo ejecutor de los pedidos explícitos de Inchausti, quien trabaja en íntima sintonía con la fiscal federal. Arias llegó a la Fiscalía con la soberbia que caracteriza al encarcelador serial Inchausti, dejando atónitos a propios y extraños: de un día para otro dejó de saludar a sus antiguos compañeros del Juzgado Federal, mimetizándose camaleónicamente con la fiscal Mazzaferri. En una maniobra totalmente irregular, la fiscal federal efectivizó a Arias en el cargo de secretaria, con sólo 6 meses de antigüedad, circunstancia que varios ya prometen y anticipan que será objeto de revisión ante la partida de Mazzaferri.
Juego de rol. El papel de Arias no es para nada inocente, toda vez que fue la secretaria que se rehusó de manera categórica a recibirle la denuncia al juez federal Alfredo López por el atentado que sufriera el presidente Mauricio Macri en el barrio Belisario Roldán, renuencia que le valió una denuncia penal efectuada por el magistrado, que todavía duerme en el sueño de los inocentes. Hay crisis terminal en la justicia federal cooptada por Justicia Legítima. Todo pasa, todo cambia.