Ruidos al teclear del smartphone. El teléfono puede ser inteligente, el uso del mismo, quizá no tanto. Las redes sociales han dado capacidad de instantaneidad a la sociedad contemporánea, pero no agregan reflexión. Ni por casualidad. Un ejemplo de ello ha sido la visita del intendente a una escuela pública, que desató una catarata de comunicados de repudio, con ninguna referencia a lo que en verdad ocurrió allí. Un activo partícipe en estos corridos desde el smartphone es el abogado Julio Razona, quien no logra superar su fastidio por lo que vive como un desprecio a su persona de parte del intendente Arroyo. Se sube a todas: si La Capital y la mafia digital titulan que Arroyo quiere meter presos a los que ensucian terrenos, ahí está listo para el refuerzo; si se les ocurre que Arroyo quiere hacerles correr idéntica suerte a los que llevan perros sin bozal, no se priva de teclear a discreción. De pensamiento crítico y lógico, nada. Esta semana, actores del PRO -o integrantes de Cambiemos- retwiteaban a full la columna de Carlos Mira referida a la tilinguería político mediática de dar pábulo a las chirinadas kirchneristas de igualación de lo peor. Muchos de los que retwiteaban hacen exactamente lo mismo a nivel local. Cuando los dedos son más rápidos que la materia gris.
Repercusiones I. La presencia en Mar del Plata de la ministro Patricia Bullrich en ocasión de poner en marcha la agencia regional de la Policía Federal, ubicada de ahora en más en la fallida terminal de cruceros de MDP, se vio empañada por las apariciones en el acto del adalid de Justicia Legítima local, el fiscal de cámaras Daniel Adler, y el secretario letrado Pablo Larriera, ambos investigados por armar causas en el fuero federal. Observadores advirtieron que algo se huele la ministro sobre estos gárrulos, porque junto al juez Santiago Inchausti ocupaban una segunda fila lejana al centro de la escena. Señales.
Repercusiones II. Las que sigue provocando la detención por evitar un control de alcoholemia el juez de ejecución de sentencias Luis Esteban Nitti, quien huyó del reten de fiscalización atravesando un semáforo en rojo, para luego detenerse y amenazar a los policías y agentes de Tránsito con denunciarlos por propasarse con él y no respetar su investidura. Este caradura ya tiene una multa por alcoholemia de 2014, también en Mar del Plata. Los diputados provinciales deberían ya hacer fila para pedir juicio político, pero no parecen estar demasiado interesados o atentos.
Repercusiones III. Lejos de la vista de medios y público en general, la turba que cortó la calle frente a la municipalidad se extendió en el tiempo por la inacción de la fiscal Lorena Irigoyen, que se negó a tomar la denuncia del intendente para desalojar a los okupas. La presión ya era insoportable, por la queja legítima de los ciudadanos por la humareda, el daño a los bienes materiales y los niños por días a la intemperie. Finalmente, una negociación política facilitó que se retiraran con promesa de fondos públicos. ¿Cuándo será la próxima?